Del lunes 6 al viernes 10 de mayo se celebra la Semana de Apreciación para los Maestros, que busca resaltar su labor diaria, al ir más allá de la enseñanza en el aula. Los docentes juegan un rol fundamental en el descubrimiento de talentos, el desarrollo de habilidades y la orientación vocacional, además de fomentar el pensamiento crítico en los estudiantes.
El Día del Educador en Estados Unidos tiene sus raíces en una celebración no oficial que se inició en 1985. En 1995, la maestra de Arkansas Mattye Whyte Woodridge impulsó la oficialización de una jornada nacional para honrar a los educadores. Su persistencia llevó al Congreso a proclamar el Día Nacional del Maestro para el 7 de mayo de ese año.
Estados Unidos ha tenido un papel preponderante en el plano educativo en el mundo durante el siglo XX, pero sus niveles de rendimiento han bajado, al menos según los rankings mundiales como las pruebas estándar PISA, en la que muchos países de Asia y Europa superan a nuestros alumnos.
Sin embargo, algo que preocupa más es el estado de salud mental de la comunidad estudiantil y las malas condiciones en las que numerosos maestros tienen que enfrentar el día a día en las escuelas, y con bajos salarios.
Las disparidades en recursos, instalaciones y expectativas que penalizan a los distritos pobres provocan un éxodo constante de alumnos y maestros. Esta situación hace aún más urgente la necesidad de una reforma educativa que responda a las necesidades del siglo XXI.
Las crisis de violencia en los hogares y en las calles, la indisciplina estudiantil y la inseguridad dentro de las aulas son otros condicionantes que afectan a las escuelas carentes de los recursos necesarios.
Es evidente que las administraciones federal, estatal y local están haciendo esfuerzos para superar estos retos añejos y otros que se van acumulando. No obstante, no se debe escatimar ningún esfuerzo para ofrecer a los niños escuelas con condiciones de seguridad, alta calidad y excelencia académica.
Esta semana, Impacto honra a maestros que están transformando vidas, desde aquellos que impactan la vida de sus estudiantes, en su mayoría provenientes de minorías y en situaciones de vulnerabilidad, hasta quienes encabezan reformas educativas, como la Dra. Debora Carrera en Filadelfia, y el Dr. Miguel Cardona a escala nacional.
Ambos de origen puertorriqueño, son ejemplos de superación personal y profesional, y de cómo la visión innovadora que caracteriza a los hispanos puede transformar realidades. Su compromiso con la educación y su enfoque en el bienestar de las comunidades los convierten en modelos a seguir para las nuevas generaciones.
Sus historias son una prueba viva de que, con trabajo arduo, compromiso real y creatividad, se pueden superar las barreras de etnia, origen, idioma o cultura para destacar en un campo tan esencial y contribuir a que todos los estudiantes tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial.