convenciones

El Partido Republicano celebró su convención del pasado 15 al 18 de julio en Milwaukee, donde fue confirmado candidato el expresidente Donald Trump y se anunció la elección del senador por Ohio “JD” Vance como compañero de fórmula. Por su parte, el Partido Demócrata acaba de tener su convención en Chicago, oficializando a Kamala Harris a la presidencia y al gobernador de Minnesota Tim Walz como su vice.

Las convenciones siguen teniendo un rol importante en la vida de los dos partidos, ya sea por el enorme poder que tienen para energizar a sus votantes, ya porque en ellas se demarcan las líneas finales de la propuesta de gobierno, o ya porque ofrecen un escenario único para que los candidatos muestren su fuerza y coherencia no solo frente a los asistentes, que en su mayoría son sus aliados, sino para la opinión pública y sus potenciales votantes.

“Las convenciones hoy son una verdadera exposición sobre las ideas del partido, y una forma de atraer atención nacional sobre los candidatos”, afirma el profesor David Karol, de la Universidad de Maryland.

A lo largo de los años ha sido posible trazar una línea de contraste entre las dos convenciones; por ejemplo, en la campaña de 2020 la prensa destacó cómo, mientras en la Convención Nacional Demócrata las medidas anti-Covid y el uso de mascarillas eran muy estrictos, en la Republicana, en línea con su pensamiento “anti-pandemia”, las medidas de prevención fueron mucho más relajadas.

El candidato presidencial republicano Donald Trump saluda a los espectadores desde el escenario, acompañado por familiares, durante la Convención Nacional Republicana 2024 en el Foro Fiserv, el jueves 18 de julio de 2024, en Milwaukee. (Foto: AP/Carolyn Kaster)

Este año se puede trazar ese contraste con el testimonio de muchos republicanos que, después de haber trabajado con la Administración Trump, han decido sin cambiar de partido, cambiar de candidato, dándole su apoyo público a la formula Harris-Walz.

Cada vez son más los republicanos arrepentidos que se suman a lo que analistas resaltan como la lucha de algunos líderes conservadores que trabajan en contra de una victoria del expresidente Donald Trump con el fin de recuperar el partido, retenido por los miembros de MAGA.

Por su parte, los demócratas les dieron la bienvenida y se mostraron abiertos e inclusivos, al escuchar voces divergentes y tomarlas en cuenta, no importa si provienen de las bases amplias del partido o de voceros de minorías étnicas, ideológicas o de colectivos marginados. Incluso celebraron las protestas pacíficas que exigen paz en la Franja de Gaza.

Destacar este contraste es crucial ante la trascendental coyuntura histórica que el país deberá dilucidar el próximo 5 de noviembre, donde existen dos visiones opuestas de la dirección que habrá de tomar la nación, todavía, más poderosa del mundo.

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