Una enfermedad puede ser mortal y es sólo una de las muchas maneras en que la vida nos enfrenta a la muerte; es como enfrentar un infarto, cáncer, hepatitis, SIDA y el Coronavirus. La emoción que nos da el Coronavirus es el miedo. Todos estamos en alto riesgo de contaminarnos con, “La Epidemia del Miedo”. Esta epidemia se propaga más rápido que el Coronavirus. La diferencia entre este virus y los demás es que nos podemos contaminar por medio del teléfono, mirando televisión o simplemente leyendo el periódico. Como cualquier enfermedad que puede ser mortal, el miedo genera el terror a la muerte.
Morir es una de las pocas cosas que todos nosotros, tarde o temprano, haremos. ¿Qué nos sucede después de la muerte? Hay tres creencias básicas: 1- La muerte es, el fin; tan pronto como la sangre deja de fluir hacia el cerebro, no tenemos más experiencia; nuestro tiempo aquí es biológico. 2- Es el cielo o el infierno o el purgatorio. Cuando morimos, somos juzgados por Dios y destinados al cielo o el purgatorio o el infierno. 3- Seguimos regresando hasta lograr avanzar nuestro desarrollo espiritual. El alma nunca muere, sólo el cuerpo físico muere.
La Muerte es un tabú acompañado del Miedo. Es difícil hablar sobre la muerte. A todos nos aterroriza pensar en la muerte. El antídoto a este Miedo es, “Aceptar lo que no se puede cambiar”. El mundo continúa, la gente hace lo que hace, los eventos van y vienen y nuestra elección en el asunto es aceptar o no. Si aceptamos, nos reconciliamos, si no aceptamos, enfrentamos dolor, frustración, ansiedad y miedo. La Muerte es la Naturaleza y la Naturaleza sigue siendo la Naturaleza en su propia manera natural, tenemos muy poco control sobre ella.
Gracias a que somos libres podemos creer libremente. “Mi religión consiste en una humilde admiración del espíritu superior ilegible que se revela en los ligeros detalles que somos capaces de percibir con nuestras mentes frágiles y débiles” …. Albert Einstein.
Somos libres para creer o no en Dios, para practicar o no religión. Sea cual sea su concepto religioso, relaciónese con Dios o ese espíritu superior de la manera que usted elija. Escuche esa voz divina, de amor, reciba alegría, dé gracias y así podrá superar el miedo que genera en nosotros “La reacción de lucha o huida”. Mantenga su atención en lo que debe hacer para mantenerse junto a sus seres queridos a salvo del Coronavirus. Recuerde, tan real como es el Coronavirus, igualmente es “La reacción de lucha o huida”, y nos está matando.