Ya existía un ambiente de preocupación en las filas del Partido Demócrata ante la evidencia de que las cifras de popularidad del candidato Donald Trump no habían sido afectadas por las condenas que recibió tras sus diversos juicios en las cortes, pero tras la carente presentación del candidato demócrata, Joe Biden, durante el debate de CNN, esa preocupación se catapultó a niveles inéditos.
Un buen grupo de líderes demócratas sigue apoyando al candidato, entre ellos los senadores de Pensilvania, Bob Casey y John Fetterman, y muchos de sus votantes se han unido para manifestarle su fidelidad. Pero entre otros lideres, en las bases del partido y entre otros votantes en general persiste esta nube de preocupación.
Entre otras cosas porque la Convención Demócrata del 19 al 22 de agosto de 2024 se acerca, y las voces que llaman a Biden a retirarse voluntariamente se siguen multiplicando, y aunque la posibilidad de que se defina a otra figura en Chicago es baja, si este escenario se presentara, el tiempo que el nuevo candidato tendría para afianzarse sería muy breve; pues tan solo un mes después, en septiembre, algunos estados con votación temprana empezarán a recibir las boletas.
Un amplio espectro de analistas está llamando a Biden y su entorno a aprender lecciones de 2016, cuando la candidata Clinton, aunque ganó el voto popular, perdió contra los pronósticos. En una tarea tan vasta y difícil, como variado es el universo de ideas que intentan convivir dentro de las toldas demócratas, se lamentan de un poder creciente de los grupos más inclinados a la izquierda, mientras los moderados, centristas y las personas de fe en el partido expresan ser dejados atrás.
Por su lado, parecería que en las toldas republicanas fuera más fácil ponerse de acuerdo, porque aún con la sensación de habérseles arrebatado el partido, tienen a un candidato insospechadamente más fuerte, que ha sabido capitalizar sus problemas con la justicia, dándole la vuelta.
Es mucho lo que hay en juego en estas elecciones, con dos ideas contrapuestas de la visión para EE. UU y el mundo. Y posiblemente los que tengan más tino en recordar las lecciones del pasado, en leer los signos de los tiempos y la peligrosidad de los extremismos que suelen cegar sean los vencedores.