Un reciente estudio reveló que, pese a los esfuerzos, los estudiantes latinos en EE. UU. no han logrado recuperarse a nivel académico tras la pandemia de COVID-19.
Unos cuatro años desde el inicio de la pandemia de COVID-19 y más de uno desde su fin oficial, el progreso académico de los estudiantes en Estados Unidos avanza muy lento, una situación que se agrava entre los escolares de origen hispano.
Así lo indica un estudio de la Universidad Harvard y Stanford, que reveló que los estudiantes habían recuperado solo un tercio de su pérdida académica en matemáticas y un cuarto de su pérdida en lectura. Sin embargo, un dato que encendió las alarmas es que los estudiantes de origen hispano o que enfrentan barreras de idioma, registran un progreso mínimo y en algunos casos, ninguno.
“Esto demuestra que si bien se está dando una recuperación académica entre los estudiantes, tristemente los latinos no están avanzando y se deben tomar acciones inmediatas para no correr el riesgo de tener una generación perdida», dijo a la Voz de América, Lina Lenis, analista política en temas de educación de la organización UnidosUS.
La pandemia de COVID-19 obligó a cerrar las escuelas públicas de todo Estados Unidos a principios de 2020 para pasar a una educación a distancia y luego en algunos casos semipresencial.
Esta nueva modalidad trajo consigo desafíos como el acceso a internet y la falta de comunicación e interacción social entre los estudiantes, maestros y padres de familia.
Aunque la emergencia de salud pública por COVID-19 llegó a su fin en mayo de 2023, el impacto de la pandemia sobre la comunidad latina sigue presente y afecta a los niños y niñas en edad escolar.
Lo que dejó la pandemia
“La pandemia puso fin a casi dos décadas de progreso académico. Los resultados en las evaluaciones nacionales decayeron drásticamente en 2022 en comparación con 2019. Según un indicador, serían necesarios más de seis meses de instrucción adicional para que los estudiantes latinos de secundaria recuperen los niveles de rendimiento prepandémicos en lectura y matemáticas”, agregó Lenis.
El educador de origen hispano Mario Villanueva Ramos atribuye esta situación a que después de la pandemia los estudiantes abandonaron las rutinas de lectura.
«Para un estudiante, si no lee, no va a avanzar. He podido ver que los niños están usando mucho más los aparatos electrónicos, pero que en lugar de ayudarlos a crecer sus conocimientos, se han convertido en un problema”, afirma Villanueva.
El maestro asistente de las escuelas públicas del condado de Fairfax en el estado de Virginia, asegura que “la tecnología les está sirviendo a los estudiantes como una distracción y no se están enfocando en su rendimiento académico”.
“La pandemia fue nefasta, pero ahora regresan a la escuela y todo lo están relacionando al uso de la tecnología. Ellos han abandonado la lectura y seguramente en casa no tienen el apoyo que necesitan para desarrollar el hábito. Leer será la única clave para salir de este problema que estamos enfrentando en la educación”.
Según un informe de UnidosUS, siete de cada 10 familias latinas aseguran estar preocupadas porque sus hijos no están al nivel del grado que cursan y más de seis de cada 10 familias hispanas piensan que las escuelas deberían hacer más para ayudar a aquellos alumnos que se quedaron rezagados durante la pandemia.
Aprovechar al máximo los fondos para la educación
El Fondo de Ayuda de Emergencia para Escuelas Primarias y Secundarias otorgó tres rondas de financiación para la educación en EE. UU. con el propósito de mitigar los efectos de la pandemia. Sin embargo, según UnidosUS “algunos distritos escolares o estados no están aprovechando al máximo los fondos que otorga el gobierno federal. Se deben evaluar qué iniciativas funcionan para saber cómo ponemos a obrar ese dinero”.
Para ello, la mayor organización latina en territorio estadounidense recomienda invertir en tutorías intensivas, tiempo adicional, como por ejemplo agregar una hora más a la jornada escolar, junto a más clases de verano y inclusión de la familia en estos esfuerzos.
“Ahora más que nunca debemos trabajar con nuestros líderes para que se aprovechen los fondos al máximo y que las inversiones que se realicen sean sostenibles. Durante la pandemia hubo una inyección de fondos, pero nuestro trabajo no debe quedarse ahí porque para una recuperación completa se deben seguir dando los fondos para terminar con lo que se empezó”, asegura la experta en políticas educativas de UnidosUs, Lina Lenis.
Martina Flores, madre de un estudiante, vive en carne propia esta falta de fondos. Según contó a la VOA recibió una carta de la escuela de su hijo en la que le explicaban que el menor, quien cursa el cuarto grado, no podría ser incluido en el programa conocido como “Title I” para nivelar sus conocimientos en lectura y comprensión, porque el sistema escolar no contaba con los recursos necesarios.
“Me contactaron a través de una carta, donde solo me decían que lamentablemente mi hijo no podía ser incluido en el programa Título I y que entraría a una lista de espera por falta de fondos».
«La verdad no me quedó claro y solo me dijeron que debía esperar para ver si se abrían más fondos o que pregunte en la escuela qué otros programas podían ofrecerle a mi hijo”, cuenta la señora Flores, quien hasta el momento sigue a la espera de alguna noticia.
El programa de “Title I” ofrece fondos federales a través de agencias educativas estatales para asistir a familias de escasos recursos para aminorar la brecha educativa y proveer educación de alta calidad a estudiantes con desventajas académicas.
¿Qué más se puede hacer?
Pero no toda la responsabilidad en la educación debe dejarse en manos de las escuelas. Tanto la organización UnidosUS y el educador Mario Villanueva coinciden en que para mejorar el nivel educativo de los escolares, el trabajo empieza en casa. Ambos consideran en que una buena relación entre padres, estudiantes y la escuela es la mejor ecuación.
“La educación de nuestros niños y jóvenes no solo depende de la escuela, sino es un triángulo donde escuela, padres e hijos deben estar bien involucrados. Si las tres partes colaboran estos chicos van a ser exitosos”, afirma Mario Villanueva.
Por su parte, Lina Lenis de UnidosUS asegura que si bien la educación en EE. UU. “no está pasando por su mejor momento”, los padres deben saber cuáles son sus derechos para abogar por la mejor educación para sus hijos, porque solo así estarán informados de todos los recursos y programas extracurriculares que ofrecen las escuelas.
“Si no logramos esta recuperación completa en lo académico, corremos el riesgo de tener una generación que se puede perder porque al no estar preparada se verá afectada nuestra economía y la del país. Por el bienestar de todos, hay que poner mayor atención al problema educativo y concientizar a nuestras comunidades”, recomienda la experta.