El candidato presidencial republicano y expresidente Donald Trump estrecha la mano de la candidata presidencial demócrata y vicepresidenta Kamala Harris durante el debate presentado por ABC News, el martes 10 de septiembre de 2024, en el National Constitution Center de Filadelfia. (AP Foto/Alex Brandon)

En las elecciones presidenciales del 2024, que ya sientan un récord por ser las más costosas de la historia, se presentaron Donald Trump y Kamala Harris ante más de 67 millones de espectadores que siguieron el debate presidencial en vivo, superando al que protagonizara Biden hace unos meses, que tuvo una audiencia de 51.27 millones de personas; sin embargo el récord de espectadores de un debate fue el registrado en 2016, cuando los contendientes eran Donald Trump y  Hillary Clinton; entonces, 84 millones de personas lo presenciaron.

A pesar de que para Trump era su séptimo debate presidencial y para Harris era el primero, una gran cantidad de medios consideran que ella ganó, y difundieron cómo la vicepresidenta y candidata demócrata supo provocar y hacer saltar al expresidente y candidato republicano, en el debate del martes 9 de septiembre en Filadelfia.

Consideran que el expresidente cayó en muchas de las carnadas, tras ir apelando a su ego.

The Wall Street Journal destaca que la vicepresidenta «puso al expresidente a la defensiva» y el New York Post (el medio tradicionalmente más favorable al expresidente) reconoce que «Trump se puso nervioso».

Harris cuestionó el tamaño y la lealtad de las multitudes en sus mítines. Dijo que los líderes mundiales lo consideran una vergüenza. Y afirmó que su fortuna fue construida por su padre, convirtiéndolo en un magnate de los negocios que se jacta con orgullo de ser un hombre hecho a sí mismo.

Los medios destacan que Harris usó el debate como una carta de presentación para muchos votantes, ya que su campaña empezó más tarde.

“Claramente, no soy Joe Biden. Claramente, no soy Donald Trump. Y lo que sí ofrezco es una nueva generación de liderazgo para nuestro país”, dijo Harris desde el estrado.

Sin aun aceptar otro debate, Trump, quien dijo que fue el mejor de sus debates, se lamentó de que el organizado por ABC no fue neutral. «ABC es la organización de noticias más deshonesta y eso es decir mucho porque todos son deshonestos, pero creo que hice un gran trabajo», anotó el político en una entrevista telefónica con Fox.

Kamala Harris y Donald Trump dijeron tanto con el rostro como con las palabras

Sus micrófonos estuvieron apagados salvo cuando era su turno de hablar, sin embargo, Trump se alargó en varias ocasiones hablando casi 7 minutos más que Harris, pero ella parecía responder con su lenguaje corporal. La pantalla dividida con imágenes de ambos candidatos a la presidencia permaneció durante gran parte del debate.

En varias ocasiones, la candidata demócrata se vio divertida o desconcertada por lo que fuera que Trump estaba declarando, como si ella estuviera diciendo sin palabras que el republicano mentía. Algunas veces puso los dedos debajo de la barbilla, con los ojos muy abiertos y la cabeza inclinada con actitud reflexiva. En otras simplemente rio.

Trump fruncia el ceño, sonreía con sarcasmo; su mirada mostraba desajuste y en ocasiones ira. Rara vez volteó a ver a Harris cuando ella hablaba.

El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, y la candidata demócrata a la presidencia, Kamala Harris, participan en un debate en ABC en el National Constitution Center, el martes 10 de septiembre de 2024, en Filadelfia. (Foto: AP/Alex Brandon)

LOS TEMAS DIVISIVOS

En un país polarizado, era de esperarse que en el debate salieran a relucir algunas claras diferencias en materia de impuestos, aborto, inmigración, alianzas globales, cambio climático y la democracia misma, entre los dos candidatos y las plataformas que representan.

Harris se ha comprometido a trazar un nuevo camino a seguir, incluso cuando ha adoptado muchas ideas de Biden. Quiere recortes de impuestos para la clase media y aumentos para los ricos y las corporaciones, restablecer el derecho al aborto y lidiar con la crisis climática.

En su deseo por regresar a la Casa Blanca, además de venganza, como ha justificado que tiene derecho, Trump quiere extender los recortes de impuestos que impulsó en 2017, un aumento masivo de los aranceles, más apoyo a los combustibles fósiles y una mayor concentración del poder gubernamental en la Casa Blanca.

Los dos candidatos han expuesto sus ideas, pero muchas de sus propuestas carecen de detalles, en cómo se traducirían sus intenciones en leyes o cómo pagarían por ellas.

Aunque la mayoría de las promesas de campaña se quedan en promesas, esta es una breve panorámica de sus posturas en temas clave.

El candidato presidencial republicano y expresidente Donald Trump y la candidata presidencial demócrata y vicepresidenta Kamala Harris durante el debate presentado por ABC News, el martes 10 de septiembre de 2024, en el National Constitution Center de Filadelfia. (Foto: AP/Alex Brandon)

ABORTO

HARRIS: Ha pedido al Congreso que apruebe una legislación que garantice en la ley federal el acceso al aborto, un derecho que se mantuvo durante casi 50 años antes de ser revocado por la Corte Suprema en 2022. Ha promovido los esfuerzos de la administración que no llegan a la ley federal, incluidas medidas para proteger a las mujeres que viajan para acceder al procedimiento y limitar la forma en que las autoridades recopilan registros médicos.

TRUMP: Se jacta de haber nombrado a los jueces de la Corte Suprema que en junio de 2022 anularon el fallo Roe vs. Wade que despenalizó en aborto en 1973.  Cree que las decisiones sobre el acceso y los límites deberían dejarse en manos de los estados y que ellos determinen si procesar a las mujeres por abortos o monitorear sus embarazos. No promulgaría una ley que prohíba el aborto a nivel nacional pero recientemente dijo que no intentaría bloquear el acceso a los medicamentos abortivos.

CLIMA/ENERGÍA

HARRIS: Como senadora de California, la vicepresidenta fue una de las primeras en apoyar el Green New Deal, y dijo durante su breve campaña presidencial de 2020 que se oponía a la perforación en alta mar en busca de petróleo y a la fracturación hidráulica. Pero durante sus tres años y medio como vicepresidenta, Harris ha adoptado posiciones más moderadas, centrándose en cambio en implementar las disposiciones climáticas de la Ley de Reducción de la Inflación de la Administración Biden. Eso proporcionó casi 375.000 millones de dólares para cosas como incentivos financieros para autos eléctricos y proyectos de energía limpia, y también, reclutando a más de 20.000 jóvenes en un “Cuerpo Climático”, un programa nacional similar al Cuerpo de Paz para promover la conservación mediante tareas como climatizar viviendas y regenerar humedales, políticas a las que les quiere dar continuidad.

TRUMP: En el pasado describió el cambio climático como un “engaño” y alberga un particular desdén por la energía eólica, su objetivo es conseguir la energía más barata del mundo. Ha prometido aumentar la extracción de petróleo en tierras públicas, ofrecería exenciones fiscales a los productores de petróleo, gas y carbón, acelerar la aprobación de gasoductos naturales, abrir decenas de nuevas plantas de energía, incluidas instalaciones nucleares, y hacer retroceder los esfuerzos para lograr que la gente se cambie a los automóviles eléctricos. Se ha comprometido a volver a salir de los Acuerdos Climáticos de París, poner fin a los subsidios a la energía eólica y eliminar las regulaciones impuestas y propuestas dirigidas a tipos de focos, estufas, lavavajillas y cabezales de ducha que no sean eficientes en cuanto a su consumo.

DEMOCRACIA/ESTADO DE DERECHO

HARRIS: Los problemas con la justicia de Trump vienen antes de sus aspiraciones políticas. Harris considera a Trump como una amenaza a la democracia de la nación, por incitar el asalto al Capitolio del 6 de enero. Apunta que Trump fue declarado culpable de 34 delitos graves en un caso donde se le procesó por pagar para mantener en secreto denuncias en su contra en Nueva York, y fue declarado responsable de prácticas comerciales fraudulentas y abuso sexual en un tribunal civil. En sus mítines, cuando sus seguidores gritan: “¡Enciérrenlo!”, Harris responde que los tribunales pueden “manejar eso” y que “nuestro trabajo es vencerlo en noviembre”.

TRUMP: Después de negarse a aceptar su derrota ante Biden en 2020, Trump no se ha comprometido a aceptar los resultados esta vez. Ha prometido perdonar a los acusados del 6 de enero encarcelados por agredir a agentes de policía y otros delitos durante el ataque al Capitolio, y recientemente amenazó con encarcelar a abogados, funcionarios electorales, donantes y otras personas “involucradas en comportamientos sin escrúpulos” en torno a la votación de noviembre, avivando las acusaciones no comprobadas. Promete reformar el Departamento de Justicia y el FBI “desde cero”, agraviado por los cargos penales que el departamento ha presentado contra él; y desplegar la Guardia Nacional en ciudades como Chicago que luchan contra los delitos violentos y en respuesta a las protestas, y también ha prometido nombrar un fiscal especial para procesar a Biden.

GOBIERNO FEDERAL

HARRIS: Harris ha hecho una dura campaña contra el “Proyecto 2025”, un plan elaborado por destacados conservadores y colaboradores de la Presidencia de Trump, para actuar lo más rápido posible para reformar al gobierno federal y empujarlo hacia la extrema derecha si Trump recupera la Casa Blanca. Quiere tomar medidas para dificultar que se produzcan despidos masivos de funcionarios públicos. En abril, la Oficina de Gestión de Personal emitió una nueva regla que prohibiría que los trabajadores federales sean reclasificados como designados políticos u otros empleados a voluntad, lo que haría más fácil su despido. Esto fue en respuesta al Anexo F, una orden ejecutiva de Trump de 2020 que reclasificó a decenas de miles de trabajadores federales para facilitar su despido, en el Proyecto 2025 contemplan que sean sustituidos por “leales”, entendidos como miembros del movimiento MAGA.

TRUMP: El expresidente ha tratado de distanciarse del “Proyecto 2025”, a pesar de sus estrechos vínculos con muchos de sus arquitectos clave. No obstante, ha prometido su propia reforma de la burocracia federal, a la que durante mucho tiempo ha culpado de bloquear la agenda de su primer mandato, diciendo: “Destruiré totalmente el Estado profundo”. El expresidente planea volver a emitir la orden del Anexo F que elimina las protecciones del servicio civil. Dice que luego procedería a despedir a los “burócratas rebeldes”, incluidos aquellos que “convirtieron nuestro sistema de justicia en un arma”, y los “belicistas y globalistas del estado profundo, el Pentágono, el Departamento de Estado y el complejo nacional de seguridad industrial”. Trump también se ha comprometido a terminar con el Departamento de Educación y a limitar la independencia de agencias reguladoras como la Comisión Federal de Comunicaciones.

INMIGRACIÓN

HARRIS:  Ha denunciado que Trump empeoró la situación en la frontera al anular un compromiso bipartidista del Senado que habría incluido estándares de asilo más estrictos y la contratación de más agentes fronterizos, jueces de inmigración y funcionarios de asilo y más inversión para asegurar la frontera. Ella dijo que traería de vuelta ese proyecto de ley y lo promulgaría, diciendo que Trump “habla, pero no actúa” en materia de inmigración. Ha respaldado una reforma migratoria integral, buscando vías hacia la ciudadanía para los inmigrantes que no tienen permiso de residencia, con un camino más rápido para los inmigrantes jóvenes y que llegaron cuando eran niños.

TRUMP: Promete organizar la mayor deportación nacional en la historia de Estados Unidos, una operación que podría involucrar campos de detención, la policía local y la Guardia Nacional. Recuperar el programa Permanecer en México y el Título 42, que impuso restricciones a los inmigrantes por motivos de salud pública. Y reviviría y ampliaría la prohibición de viajar que originalmente estaba dirigida a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana. Después del ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre, prometió un nuevo “examen ideológico” para los inmigrantes para excluir a los “lunáticos peligrosos, los que odian, los intolerantes y los maníacos”. También intentaría deportar a personas que están en Estados Unidos legalmente pero que albergan “simpatías yihadistas”. Buscaría poner fin a la ciudadanía por nacimiento para las personas nacidas en Estados Unidos cuyos padres se encuentran en el país ilegalmente.

ISRAEL/GAZA

Más de 40.900 palestinos han muerto en la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, según el Ministerio de Salud del territorio gobernado por Hamás. El ministerio no distingue entre civiles y militantes en su recuento, pero dice que las mujeres y los niños representan poco más de la mitad. Israel dice que ha matado a más de 17.000 milicianos en la guerra.

HARRIS: Respalda que Israel tiene derecho a defenderse de Hamás que es una organización terrorista, pero insiste en la necesidad de proteger mejor a los civiles durante los combates en Gaza. Al igual que Biden, Harris apoya un plan de cese del fuego que incluye traer a todos los rehenes restantes y a los muertos israelíes a casa. Biden y Harris dicen que el acuerdo podría conducir a un fin permanente de la guerra demoledora y han respaldado una solución de dos Estados, que haría que Israel existiera junto a un Estado palestino independiente.

TRUMP: Ha expresado su apoyo a los esfuerzos de Israel por destruir a Hamás, pero también ha criticado algunas de las tácticas de Israel. Dice que el país debe terminar el trabajo rápidamente y volver a la paz. Ha pedido respuestas más agresivas a las protestas pro-palestinas en los campus universitarios y aplaudió los esfuerzos de la policía para despejar los campamentos. Trump también propone revocar las visas de estudiantes de quienes defienden opiniones antisemitas o antiestadounidenses y deportar a quienes apoyan a Hamás.

LGBTQ+

HARRIS: Durante sus mítines, dice que Trump y su partido quieren retroceder una larga lista de libertades, incluida la capacidad de “amar a quien amas abiertamente y con orgullo”. A principios del mandato de Biden, su administración revocó una orden ejecutiva de Trump que había prohibido en gran medida a las personas transgénero realizar el servicio militar, y su Departamento de Educación emitió una norma que dice que el Título IX, la ley de 1972 -que se aprobó para proteger los derechos de las mujeres- también prohíbe la discriminación basada sobre orientación sexual o identidad de género. Esa regla no decía nada sobre la cuestión de los atletas transgénero. Se espera que ella defienda esas políticas.

TRUMP: El expresidente se ha comprometido a mantener a las mujeres transgénero fuera de los deportes femeninos y dice que pedirá al Congreso que apruebe un proyecto de ley que establezca que reconocen “sólo dos géneros”, determinados al nacer. Promete “derrotar el veneno tóxico de la ideología de género”. Como parte de su ofensiva contra la atención que afirma el género, declararía que cualquier proveedor de atención médica que participe en la “mutilación química o física de jóvenes menores” ya no cumple con los estándares federales de salud y seguridad y le prohibiría recibir dinero federal. Tomaría medidas punitivas similares en las escuelas contra cualquier maestro o funcionario escolar que “sugiera a un niño que podría estar atrapado en el cuerpo equivocado”. Trump apoyaría una prohibición nacional de intervenciones hormonales o quirúrgicas para menores transgénero y prohibiría a las personas transgénero realizar el servicio militar.

OTAN/UCRANIA

HARRIS:  Ha elogiado los esfuerzos para reconstruir las alianzas desmanteladas por Trump, particularmente la OTAN, un baluarte crítico contra la agresión rusa. La Administración Biden ha prometido un apoyo incesante a Kiev contra la invasión rusa y ha sostenido que la continuación de la asistencia estadounidense es fundamental porque el líder ruso Vladimir Putin no se limitará a invadir Ucrania. Harris ha dicho anteriormente que sería una tontería arriesgar las alianzas globales que Estados Unidos ha establecido y condenó la “brutalidad” de Putin, dejando entrever que está por la continuidad de estas políticas.

TRUMP: Dice que continuará “reevaluando fundamentalmente” la misión y el propósito de la alianza de la OTAN. Ha afirmado que podrá poner fin a la guerra con una llamada telefónica, antes de su toma de posesión reuniendo a ambas partes a la mesa de negociaciones. Su enfoque parece depender de que Ucrania renuncie al menos a parte de su territorio ocupado por Rusia a cambio de un alto el fuego. En la OTAN, ha atacado a los países miembros durante años por no alcanzar los objetivos de gasto militar acordados. Trump encendió las alarmas este año cuando dijo que, como presidente, había advertido a los líderes que no sólo se negaría a defender a las naciones que no alcanzaran esos objetivos, sino que “alentaría” a Rusia “a hacer lo que quisiera” a países que son “delincuentes”.

ARANCELES/COMERCIO

HARRIS:  Plantea continuar con el impulso en el comercio con aliados en Europa, Asia y América del Norte, al tiempo que utiliza aranceles y otras herramientas para perseguir a rivales como China. La administración demócrata mantuvo vigentes los aranceles de Trump sobre China y les aumentó aranceles sobre vehículos eléctricos, acero y aluminio, entre otros productos. Añadió una prohibición a la exportación de microprocesadores avanzados a ese país y proporcionó incentivos para impulsar a las industrias estadounidenses.

TRUMP: El expresidente quiere una expansión dramática de los aranceles sobre casi todos los productos extranjeros importados “del 10% al 20% a los países que nos han estafado durante años”. Ha sugerido aranceles de hasta el 100% sobre los productos chinos. Con estos impuestos busca financiar otros recortes impositivos, reducir el déficit y posiblemente financiar el cuidado infantil, aunque los aranceles podrían aumentar los precios para los consumidores sin generar los ingresos que promete. También instaría al Congreso a aprobar una legislación que otorgue al presidente autoridad para imponer un arancel recíproco a cualquier país que imponga uno a EE. UU. Ha propuesto eliminar gradualmente las importaciones chinas de bienes esenciales, incluidos productos electrónicos, acero y productos básicos. productos farmacéuticos y quiere prohibir a las empresas chinas poseer infraestructura estadounidense en sectores como la energía, la tecnología y las tierras agrícolas.

IMPUESTOS

Los análisis externos sugieren que las ideas de Trump harían mucho más para aumentar los déficits presupuestarios que lo que haría Harris, sin generar el crecimiento necesario para minimizar cualquier deuda adicional.

HARRIS: Dado que gran parte de la reforma tributaria de 2017 expirará a fines del próximo año, promete recortes de impuestos para más de 100 millones de hogares de clase trabajadora y clase media. Además de preservar algunos de los recortes que están a punto de expirar, quiere hacer permanente un crédito fiscal de hasta $3.600 por hijo y ofrecer un crédito fiscal especial de $6.000 para el primer año de nuevos padres. Ampliaría los créditos fiscales para los compradores de vivienda por primera vez y presionaría para construir 3 millones de nuevas unidades en cuatro años, respaldaría exenciones fiscales para los pequeños comerciantes y empresarios. Quiere aumentar la tasa del impuesto corporativo al 28% y el impuesto mínimo corporativo al 21. No aumentaría el impuesto a las ganancias de capital tanto como Biden había propuesto a los inversores con más de 1 millón de dólares en ingresos.

TRUMP: Extender todos los recortes de impuestos de 2017 que promulgó y pagar la deuda. Ha propuesto reducir la tasa impositiva corporativa general del 21% al 15%, pero solo para las empresas que fabrican sus productos en el país. Derogaría cualquier aumento de impuestos promulgado por Biden, y algunas de las exenciones fiscales que Biden promulgó para fomentar el desarrollo de energías renovables y vehículos eléctricos. Trump ha propuesto eliminar los impuestos sobre las propinas recibidas por los trabajadores -una política adoptada por Harris, quien también aumentaría el salario mínimo para los trabajadores que reciben propinas-, así como eliminar los impuestos sobre los beneficios del Seguro Social. También, reducir el costo de la vivienda abriendo terrenos federales al desarrollo.

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