Nueva York. – La «guerra global contra el terror» iniciada tras el ataque del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, ha dejado, al menos, 37 millones de desplazados en todo el mundo; el mayor exilio debido a un conflicto desde comienzos del siglo XX, a excepción de la Segunda Guerra Mundial, según un informe publicado este martes por la Universidad de Brown.
El mayor número de desplazados se ha dado en Irak (9,2 millones), Siria (7,1 millones) y Afganistán (5,3 millones), seguidos de Pakistán, Yemen, Somalia, Libia y Filipinas, cuyos desplazamientos a raíz de esta guerra contra terrorismo islamista han sido sobre todo internos.
El informe considera que el número real de desplazados, tanto internos como los que buscan asilo en otro país, podría estar entre los 48 y 59 millones de personas, la gran mayoría civiles que han visto cómo sus hogares, negocios y su entorno se ha desintegrado en países que han encadenado casi dos décadas de conflicto.
Los investigadores estiman que unos 25,3 millones de desplazados habrían regresado, aunque eso no es suficiente para borrar el trauma del exilio forzado y no significa que los retornados hayan regresado a una vida en seguridad o en las condiciones iniciales.
Varios millones más podrían haber también sido desplazados en otros conflictos más pequeños o puntuales dentro de las operaciones contraterroristas iniciadas por George W. Bush y mantenidas e incluso ampliadas por su sucesor Barack Obama en Mali, Níger, Arabia Saudí, Túnez, Chad, República Centroafricana, Camerún, Burkina Faso o República Democrática del Congo.
El ataque con aviones de pasajeros contra las Torres Gemelas de Nueva York, el Pentágono y el derribo del vuelo 93 en Pensilvania, el 11 de septiembre de 2001, desató un conjunto de guerras para atrapar a los responsables que llevó al fin de dominio talibán en Afganistán, pero cuyos objetivos iniciales se fueron desdibujando con el tiempo y especialmente con la falsa justificación para invadir Irak en 2003.
Con la llegada a la presidencia en 2009, Barack Obama mantuvo la guerra global contra el terrorismo, amplió los ataques con drones en Yemen o Somalia e intensificó el despliegue en Afganistán, al que puso fin con la transferencia del control de la seguridad a Kabul en 2014.
En países como Somalia, la difusa guerra contra los responsables de la muerte de más de 3.000 personas el 11S desplazó a al alrededor del 46% de la población, mientras que en Siria, Yemen o Libia desembocaron en inestabilidad y en respectivas guerras civiles que aún persisten.
Los autores del informe el «Coste de la Guerra» aseguran que es la primera vez que se cuantifica el número de refugiados de la guerra contra el terrorismo, que ha sido presentado a pocos días de conmemorarse a las víctimas de los atentados del 11S, que hace 19 años cambiaron el mundo.
Durante las presidencias de Bush y Obama, Estados Unidos dio asilo a miles de refugiados creados por este conflicto, aunque esa protección a desplazados ha sido progresivamente negada por la administración del presidente Donald Trump.
Aunque Estados Unidos no es la única causa de migración desde estos países, los autores del informe consideran que el país ha tenido un rol clave en el conflicto.