Washington, EE. UU. La exguerrillera nicaragüense e historiadora Dora María Téllez, de 67 años, aún no tiene claro dónde se asentará en los próximos meses, tras haber sido excarcelada y expulsada de su país por el gobierno de Daniel Ortega.
Téllez estuvo más de 600 días recluida en una cárcel de máxima seguridad en Managua, conocida como El Chipote, hasta que fue liberada junto a más de 200 presos políticos de forma sorpresiva el jueves.
Ahora en Washington, donde se encuentra, analiza su futuro y de momento “es muy pronto tenerlo claro”, indica, pues asegura que debe dejar que se ordenen las ideas.
“No sé todavía qué haré, hay muchos planes”, comenta Téllez, pero algo tiene claro. “La decisión esencial es que yo voy a seguir luchando por las libertades de Nicaragua y eso me coloca frente a Nicaragua, esté donde esté”.
Y de hecho, Téllez, disidente del partido oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), empezó nuevamente su activismo al denunciar lo que vivió en la cárcel del Chipote, en Managua, donde estuvo aislada al resto de personas durante más de 600 días.
Y lo hace, según comenta, para sentirse libre después de todos los vejámenes que dice vivió.
“Acá estoy volviendo hablar, pero en donde estaba era un régimen de aislamiento total. Era una celda oscura, yo llegué a contar que los 1.440 minutos que tiene el día, podía hablar un minuto entre lo que hablaba con los oficiales, entonces hubo un momento en que comencé a perder la voz, porque no hablaba… era un régimen de tortura psicológico y emocional”.
Samantha Jirón, quien era la presa política más joven que estaba en las cárceles de Nicaragua, planea varias cosas, dentro de ellas estudiar en España, a propósito de que ese país ofreció la nacionalidad a los 222 presos políticos excarcelados.
“Llegué a contar que los 1,440 minutos que tiene el día… era un régimen de tortura psicológico y emocional”
Dora María Téllez, exguerrillera sandinista.
Pero primero Jirón, de 23 años, indica que tiene otra prioridad. “Mi principal prioridad ahora mismo es reunirme pronto con mi familia, lo segundo es estabilizarme y lo tercero es continuar mi carrera”, dice Jirón.
El cronista deportivo Miguel Mendoza, quien estuvo preso durante más de 591 días, también menciona que está entusiasmado con su libertad, pero dice que por ahora prefiere no hablar sobre sus planes a futuro.
«Es muy pronto ahora, no sé para dónde voy, tengo opciones para irme a Miami, o donde mi hijo mayor que vive en Nashville, Tennessee… por ahora estoy feliz porque podré ver el World Baseball Classic», dice sonriente el cronista.