El jefe de la policía londinense pidió más protecciones legales para los agentes que emplean la fuerza en el cumplimiento del deber, después de que más de 100 agentes se negaran a portar armas de fuego en protesta por los cargos de asesinato presentados contra uno de sus compañeros.
La revuelta de los agentes armados, que reciben instrucción especial, ha creado preocupación sobre la capacidad de la Policía Metropolitana de responder a algunos incidentes, y el ejército ha aceptado prestar apoyo en operaciones antiterroristas. Menos del 10% de los policías de Londres lleva armas de fuego.
El comisario de policía Mark Rowley escribió el domingo por la noche a la secretaria de Interior, Suella Braverman. En su misiva celebró su decisión de revisar las normas sobre la policía armada y le pidió que “deje a la policía hacer de policía”. Braverman, cuyo departamento supervisa a las fuerzas de seguridad, había anunciado la revisión ese día.
“Dependemos de agentes que están dispuestos a ponerse en peligro de forma cotidiana para proteger a la población de criminales peligrosos, incluidos terroristas”, dijo Rowley. “Los agentes necesitan suficiente protección legal para que puedan hacer su trabajo y mantener al público a salvo, y la confianza de que se aplicará de forma consistente y justa».
Un agente no identificado compareció el jueves ante una corte tras ser acusado de asesinato en el tiroteo de un hombre negro desarmado en el sur de Londres el 5 de septiembre de 2022. Chris Kaba, de 24 años, murió tras ser alcanzado por un único disparo al auto que manejaba.
Rowley recalcó que los incidentes como ese son muy poco comunes. La policía de Londres responde a unos 4.000 incidentes con armas al año, en los que los agentes disparan sus armas una media de menos de dos veces al año, indicó Rowley en su carta a Braverman. Eso implica que el 0,05% de las operaciones armadas incluye disparos de la policía, indicó.
El Servicio de Policía Metropolitana, que tiene más de 34.000 agentes para servir a unos 9 millones de personas, es el departamento policial más grande del Gran Bretaña. Unos 2.500 agentes con instrucción especial tienen licencia para portar armas de fuego.
Las tensiones en torno a los agentes armados se producían mientras Rowley trataba de recuperar la confianza del público tras varias escándalos, incluido uno en el que un agente en servicio fue condenado por secuestrar y asesinar a una mujer joven en 2021.
Rowley ha convertido en su prioridad expulsar a los malos agentes y mejorar la formación después de que un estudio independiente encontrara racismo, misoginia y homofobia rampantes en el cuerpo.
La policía, dijo Rowley, debería atenerse a los “estándares más altos”, pero el sistema actual hace que buenos agentes enfrenten largas investigaciones y procesos legales incluso cuando siguen los términos de su instrucción.
“Hay una preocupación por parte de los agentes con armas de fuego de que incluso si se atienen a las tácticas y la formación que han recibido, enfrentarán años de prolongados procesos legales, que impactan en su bienestar personal y el de su familia”, dijo Rowley.