El Ministerio Público presentó una acusación contra el presidente del equipo salvadoreño Alianza y otros directivos y empleados del estadio Cuscatlán, a quienes responsabiliza por una estampida de aficionados que dejó nueve muertos y 51 lesionados.
La Fiscalía pide la detención preventiva para Pedro Hernández, presidente del club de fútbol, para Edwin Abarca Ventura, gerente de seguridad del club, así como para Zoila Córdova, gerente financiera, con el fin de que sean procesados por los delitos de homicidio culposo, lesiones culposa y estragos con agravación.
“A ellos se les atribuyen estos delitos por haber sido negligentes y haber cometido omisiones dentro de las obligaciones que tenían para organizar este tipo de evento”, dijo una de las fiscales del caso.
También pide procesar a Reynaldo Avelar, gerente general de EDESSA, empresa dueña del estadio Cuscatlán, y a Samuel García Montano, encargado de las llaves del estadio.
Según el Código Penal, el homicidio culposo será sancionado con prisión de dos a cuatro años, las lesiones culposas con dos a seis años y los estragos públicos con tres a seis años.
La fiscal explicó que debido a las aglomeraciones y a que se hospitalizaron más de un centenar de personas, se tuvo una primera información errónea en la que se habló de doce personas fallecidas, pero con las investigaciones se pudo confirmar que “dentro del estadio Cuscatlán fueron nueve las personas fallecidas, no hay más”.
La noche de la tragedia, el director de la Policía Nacional Civil, Mauricio Arriaza Chicas, informó que la estampida dejó 12 víctimas mortales, nueve en el estadio y tres más en los hospitales. Esa información fue también reportada en la cuenta de Twitter de la Secretaría de Prensa de Casa Presidencial.
Sin embargo, el ministro de Salud, Francisco Alabí, manifestó que ninguno de los lesionados falleció en los hospitales.
La tragedia ocurrió el sábado 20 de mayo por la noche, pocos minutos después de iniciado el partido de fútbol de vuelta entre Alianza y FAS por los cuartos de final de la liga salvadoreña.
Según las autoridades y declaraciones de testigos, cientos de aficionados enfurecieron al verse impedidos de entrar al estadio pese a tener boletos comprados. Luego, comenzaron a empujar hasta derribar un portón, causando la estampida.
La Fiscalía también investiga la presunta sobreventa de boletos y hasta la venta de alcohol fuera del estadio, añadió el funcionario, quien mencionó que había muchos aficionados en visible estado de embriaguez.
Otras líneas de investigación incluyen la presunta sobreventa de boletos y hasta la venta de alcohol fuera del estadio, añadió el funcionario, quien mencionó que había muchos aficionados en visible estado de embriaguez.
Dijo que las autoridades buscan determinar por qué los administradores del estadio sólo abrieron un portón de la zona sur y por qué lo cerraron cuando había cientos de aficionados tratando de ingresar. El sector general del estadio donde ocurrió la estampida estaba designado exclusivamente para los aficionados de Alianza.
Las autoridades aseguran que el representante de la Policía asignado a ese sector sugirió al responsable de la administración del evento que abriera otra de las puertas, pero no aceptó.
La Comisión Normalizadora de la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT) y la dirigencia de la Primera División del Fútbol Profesional anunciaron que ponían fin al Campeonato Nacional 2022-2023 tras la tragedia.
Por su parte, la Comisión Disciplinaria de la FESFUT sancionó a Alianza, que tendrá que jugar sus partidos como local a puerta cerrada durante un año y pagar una multa de 30.000 dólares.