La Voz de América entrevistó a seguidores de los candidatos Gustavo Petro y Rodolfo Hernández. Analistas consultados ofrecieron además sus impresiones y pronósticos cuando el país se prepara para decidir quién será el próximo presidente de Colombia el domingo 19 de junio.
Bogotá, Colombia.— Las encuestas, de cara a la segunda vuelta presidencial en Colombia siguen muy ajustadas y el país se enfrenta a unas elecciones diferentes: no hay candidatos representando a los partidos tradicionales y en su lugar, los colombianos deberán escoger al próximo presidente entre dos políticos que afirman representar un cambio del sistema político que ha estado vigente.
Y este giro es con frecuencia el argumento de muchos dentro de Colombia para asegurar que sienten incertidumbre y algo de ansiedad, pero a la vez los alcanza también la alegría y sobre todo algo de esperanza.
Sebastián Gómez, es un ingeniero industrial, de 30 años, estudiante de posgrado de la Universidad de Berkeley en California que desde 2019 es voluntario y gestor territorial de la campaña del candidato del partido La Liga de Gobernantes Anticorrupción «LIGA», Rodolfo Hernández.
Ese año, Gómez asistió a un evento organizado en la ciudad de Cúcuta, donde escuchó al candidato y quedó impactado: “Esa popularidad y esa conexión con el electorado que ha logrado desde hace mucho tiempo no es nuevo, digamos que se ha ido trabajando y yo he sido testigo de cómo él es un fenómeno en comunicación política”, dijo Gómez a la Voz de América.
Gómez ha recorrido parte de su comunidad para llevar el mensaje del candidato y dice que se siente feliz y emocionado de ver cómo ha llegado tan lejos, pues Hernández ocupaba el tercer lugar de las encuestas y fue la sorpresa de los comicios del pasado 29 de mayo.
“Uno no había visto un candidato que, aún siendo independiente y por fuera de los clanes políticos más poderosos, le hiciera el feo a la política tradicional”. Incluso, dice que ha ganado las apuestas con su familia, en un escenario donde el candidato ha avanzado contra todo pronóstico.
Otros consultados irán a las urnas por el candidato de izquierda que representa al Pacto Histórico, Gustavo Petro. Paola Andrea Benítez está entre ellos y asegura que ha sido una fiel seguidora de su trayectoria política.
Benítez, educadora de profesión, manifiesta que si bien hay mucha ansiedad, también hay esperanza. “Estamos siendo muy positivos de que de pronto tenemos una oportunidad de ganar… Estábamos sí, con una esperanza muy grande de que fuera efectiva la primera vuelta, pero pues ya a la cara de lo que viene ahorita, es más difícil llegar digamos a una victoria de manera contundente. No es que sea imposible porque tenemos la fe puesta en que vamos a llegar”.
Cuenta, incluso, que se ha visto envuelta en varias discusiones con sus vecinos por defender sus posturas, pues ella cree que Petro es una persona que conoce las necesidades de su país.
“Me gustan mucho sus propuestas, su propuesta de trabajar con energías limpias y aparte porque es una persona inteligente”, le dijo la ciudadana a la VOA.
¿Sin representación?
Otros colombianos, como Cristina Lagos, afirman que ninguno de los dos candidatos representan su visión del país ni sus ideales. Así que votará -dice- por el “menos peor”.
“Votar en blanco es botar el voto. Entonces, pues como no hay más opciones, yo voy a votar por Rodolfo, porque yo quiero seguir con mi democracia, con un sistema que siempre lo hemos llevado, donde podemos tener todo, podemos trabajar libremente y nadie nos va a quitar nada”, dice Lagos, al tiempo que confiesa que está viviendo un ambiente con “falta de información y mucha inconciencia”.
“Todo ese sistema político está permeado por la corrupción y por intereses propios”, agrega sin entrar en más detalles.
Para Eliana Villamil, que ejerce como administradora, todo está muy “confuso e inestable” y votará en blanco: «Ambos candidatos tienen muchas falencias”, afirma.
“La idea era que no siguiéramos con un gobierno tradicionalista, pero de una u otra manera Petro acompaña a ese gobierno tradicionalista de izquierda, y pues Rodolfo fue la diferencia, pero no es la mejor elección”, dijo Villamil a la VOA.
Votar en “blanco es realmente sentar un precedente y decir mi protesta, es que sí necesitamos un gobierno nuevo, pero no un gobierno que venga viciado”, agrega.
Electorado colombiano
Según el estudio de Percepción sobre violencias cotidianas en Colombia, de la Universidad de El Rosario, el 48% de los colombianos no se siente representado por ninguno de los dos candidatos de cara a la segunda vuelta presidencial.
“A pesar de no sentirse representados, el 77% de los encuestados en el estudio indicó que va a votar en los comicios del próximo fin de semana, mientras que el 23% restante afirmó que no va a sufragar”, indicó Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario, al presentar los resultados.
El estudio, en el que se encuestaron a 1.712 personas mayores de 18 años, encontró que el 73% de los encuestados que van a votar en segunda vuelta presidencial manifestaron que lo harán porque están convencidos de que su candidato es el mejor. Sin embargo, un 27 % sufragará para votar en contra de una de las opciones.
¿Qué opinan los analistas?
Adam Isacson, director del programa de veeduría de Defensa de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos WOLA -por sus siglas en inglés- dijo a la VOA que ha observado las elecciones en Colombia, desde 1998: “Nunca había visto una campaña con un electorado tan polarizado, con tanto rechazo a los partidos y élites tradicionales, con tanta distancia ideológica entre los dos candidatos y con las encuestas tan reñidas, tanto que es imposible ni predecir quién va a ganar”.
Héctor Riveros, director del Instituto de pensamiento Liberal y analista político dice que en Colombia priman tres sentimientos: uno, que es el deseo de cambio, que está derivado de la insatisfacción del Estado y la desconfianza en las instituciones, de los políticos, la situación social, etc., y agrega que es el que motiva a las dos terceras partes del electorado en el país, a votar por candidatos que les representan esa transformación.
“La gente, movida por ese sentimiento, no le importa el resultado, digamos positivo o negativo del cambio, sino le importa es que sea cambio”, explicó el analista a la VOA.
La tercera parte del electorado, añade, está en un dilema entre el miedo y la incertidumbre. «Son las personas que van a finalmente decidir quién es el presidente porque van a inclinar la balanza hacia un lado o al otro”, agrega Riveros. Además sostiene que unos temen un cambio de izquierda con Gustavo Petro porque, en Colombia, este se ha asociado al comunismo con violencia debido al conflicto armado, pero además con pobreza y con restricción de las libertades.
Hernández, por su parte, viene de fuera del sistema. «[Es] un candidato que desconoce claramente el funcionamiento del Estado, que no tiene una propuesta para la sociedad y que simplemente pues radica postulación en el deseo del cambio político, a partir del combate a la corrupción, entendiendo que el combate a la corrupción se hace de varias maneras, pero especialmente cortando los vínculos con la clase política tradicional; es decir, rompiendo el clientelismo. Y, de ahí en adelante, no se sabe muy bien qué haría”, explica Riveros.
Isacson sostiene que también hay miedo por el hecho de que “ambos serían presidentes que tienen indicios de que no les gusta tener que gobernar con restricciones y límites”.
Panorama inusual
Riveros recuerda que Colombia nunca ha elegido a un candidato de izquierda, y si ocurre, sería “histórico”. En el caso de Rodolfo Hernández, -afirma- “la elección puede ser histórica, si le va bien, y anecdótica, si le va mal”.
Isacson sostiene que ha sido una campaña electoral sin precedentes y ve un gran logro en el hecho de que «un candidato de izquierda aún se mantenga vivo”, en un país como Colombia: «En las campañas hay un muy triste récord de candidatos reformistas asesinados”.
Afirma el experto que es bastante inusual que haya un candidato, como Hernández, quien aparece poco en público y usa mayoritariamente los medios digitales y las redes para llegar a sus seguidores, algo poco tradicional en Colombia.