Un estudio global arrojó que el autocuidado puede llegar a representar cada año 7.200 millones de dólares en ahorros a los servicios de salud y atención en América Latina, informó la Asociación Latinoamericana de Autocuidado Responsable (ILAR).
La Organización Mundial de Salud (OMS) define como autocuidado «la capacidad de las personas, las familias y las comunidades para promover la salud, prevenir enfermedades, mantener la salud y afrontar enfermedades o discapacidades con o sin la ayuda de un proveedor médico».
El autocuidado, especialmente a partir de la pandemia, es cada vez más relevante en América Latina, que tiene la prevalencia más alta de enfermedades crónicas no transmisibles en comparación con otras regiones del mundo, aseguró la asociación regional.
Es en este contexto que el estudio global «El Valor Social y Económico del Autocuidado» permitió conocer el impacto actual del mismo y su importancia como práctica para la salud de las personas y para la sostenibilidad económica de los sistemas de atención médica.
El estudio fue presentado por la Federación Internacional de Autocuidado (GSCF, por sus siglas en inglés), de la cual la ILAR es miembro, y se desarrolló en 155 países.
Además del ahorro, destacó la ILAR, el autocuidado se traduce en millones de horas economizadas a los pacientes y los profesionales de la salud, y evita pérdidas en la productividad por absentismo.
«Los datos del estudio global demuestran que el autocuidado habilita el derecho de las personas a la salud, al mismo tiempo que impacta positivamente su bienestar social y económico, factores cruciales para el desarrollo sostenible en América Latina», indicó la ILAR.
Es por ello que «para extender la adopción del autocuidado» en Latinoamérica y «aprovechar todo su potencial», la Asociación plantea que se requiere «contar con el apoyo de los profesionales de la salud para ampliar el conocimiento» al respecto, y «propone que los planes de estudio de profesionales de la salud en América Latina aborden el autocuidado e incluyan indicadores de éxito medibles». También «empoderar a los individuos sobre su propia salud a través de mecanismos que fomenten una sólida alfabetización en salud, además de generar mayor disponibilidad y acceso a la información de los productos de autocuidado».
Este aspecto es importante toda vez que un estudio de ILAR sobre el impacto de pandemia en Latinoamérica indicó que el 52 % de los encuestados dijo carecer del «nivel de conocimiento adecuado para tomar acciones de autocuidado con confianza», y el 91 % declaró que les gustaría recibir más información para tener un mejor cuidado de su salud y autogestionar condiciones simples y no graves.
«El consumo responsable y seguro de productos de autocuidado requiere que el usuario esté bien informado», destacó ILAR, y resaltó que «la integración de tecnología y herramientas de comunicación como los códigos de respuesta rápida (QR por sus siglas en inglés), pueden ser útiles para cerrar las brechas actuales y empoderar a la población».
La ILAR propone además que los tomadores de decisiones incluyan el autocuidado como una estrategia esencial de salud, y que se cree un entorno regulatorio que favorezca la adopción del autocuidado en América Latina.
«Para que todas estas condiciones se den de manera óptima es necesaria una mayor cooperación técnica y científica entre las agencias reguladoras. La aplicación de procesos de ‘reliance’ y de estandarización de requisitos para la ampliación y el acceso seguro a productos de autocuidado son herramientas esenciales para lograr estos objetivos», indicó el ente regional.
El ‘reliance’ se define como el acto por el cual la Autoridad Nacional de Regulación (ANR) de una jurisdicción puede tener en cuenta y dar un peso significativo a las evaluaciones realizadas por otra ANR o institución de confianza, o a cualquier otra fuente de información autorizada, para tomar sus propias decisiones. «Es indudable el valor económico y social del autocuidado para América Latina y cómo este, a través del uso de productos de autocuidado como primera o única alternativa de tratamiento, puede impulsar el acceso a la salud en beneficio de las personas, los países y la sociedad en general», agregó la ILAR.