¿Es esta la muerte del periodismo tradicional o su glorioso renacimiento?
¿Se puede hacer buen periodismo sin acudir a la redacción?
¿Se fortalecieron o se debilitaron más con la pandemia los medios tradicionales?
Estas fueron algunas de las preguntas que se abordaron en la mesa redonda organizada por la Universidad Anáhuac en la que tuve el honor de participar junto a Jorge ‘Coco’ Levy, director de producción en Televisa Cine; James Arroyave, reclutador principal de NBC-Telemundo y Perla Lara, editora en jefe de Impacto Newspaper. La periodista multimedia de este prestigioso periódico no dudó en enfatizar en que el periodismo se está redefiniendo y que los profesionales de los medios de comunicación tenemos que ceder espacios para que no seamos los que acaparemos la interpretación de los hechos noticiosos.
Que el mundo cambié no es nuevo. Cada vez más rápido el presente se vuelve obsoleto, debido en gran parte a la era digital en la que vivimos. Y es que el periodismo en Internet es audio, gráficos, video, textos, fotos, infografía, pero además es inmediato, interactivo, compartible, medible y en su mayoría, gratis. A todo eso se enfrentan los medios tradicionales.
A los medios de comunicación los impactó un terremoto que derrumbó su modelo de negocio y, todavía hoy, siguen buscando cómo lograr que el lector o el consumidor de información decida pagar por sus contenidos.
Tal como Netflix y Spotify han logrado hacer que paguemos mensualmente por disfrutar de los contenidos exclusivos y de calidad que ofrecen en sus plataformas, los medios de comunicación deben buscar poco a poco abrirse paso por ese camino invirtiendo más en contenido de valor y en sus periodistas para aumentar suscriptores.
Y es que, por si fuera poco, hay una crisis de credibilidad periodística, que tiene que ver, entre otras cosas, con que algunos gobernantes populistas atacan a la prensa y que además, el Internet le posibilitó a cualquier persona difundir contenido y contar sus propias historias. También tienen mucha culpa varios conglomerados mediáticos que perdieron la conexión con sus consumidores priorizando el poder y el dinero.
Pero no se confundan. En un entorno de saturación informativa, de polarización y de creciente desinformación en las redes y en las plataformas, los periodistas son más necesarios que nunca.
Si bien son evidentes las incertidumbres para el futuro de los medios, en la conversación de colegas pudimos coincidir en algunos puntos:
– Los patrones de consumo de la pandemia llegaron para quedarse.
– Los temas especializados, las experiencias en vivo, la inteligencia de los medios y su capacidad de analizar datos están creciendo.
– La forma en que los lectores consumirán el contenido siempre cambiará y en este momento, el contenido de video tiene una gran demanda.
Y para los periodistas destaco otras tres para finalizar:
– En este entorno de saturación informativa, en el que prolifera la desinformación y las noticias falsas que nos polarizan, somos más necesarios que nunca.
– La era digital exigirá cada vez más que los profesionales de los medios de comunicación salgan a la calle y vuelvan a realizar trabajo cara a cara.
– Y en el futuro inmediato, decir “periodista independiente” debería ser pleonasmo.