El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, afirmó que «no hubo ninguna discrepancia» con su homólogo estadounidense, Joe Biden, ni con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, en la Cumbre de Líderes de América del Norte.
Sus declaraciones se producen tras albergar de lunes a miércoles la cumbre de «Los Tres Amigos» con Biden y Trudeau, con quienes abordo temas controversiales como la migración récord, el tráfico de fentanilo, y los desacuerdos en política energética y comercial.
Tras el encuentro, Biden agradeció a México por acoger a migrantes deportados por Estados Unidos y Trudeau aseguró que abordó de forma «muy directa» los cuestionamientos a la política energética mexicana, acusada de favorecer a las empresas del Estado en detrimento de las extranjeras.
Pero López Obrador aseguró que “fue realmente una muy buena reunión» en «beneficio de los pueblos» de los tres países, que en conjunto representan 20 % del comercio global, superando el Producto Interno Bruto de la Unión Europea.
Se acordó acelerar la integración económica, con la creación de un comité que busca que 25 % de lo que ahora se importa de Asia, se produzca en Norteamérica. Esto implicaría, según los cálculos del Gobierno, que la economía de México crezca un 2 % más por año. También apuntó que por primera vez se abordó el criterio de movilidad laboral en la migración. Y destacó el compromiso de los tres países de reducir las emisiones y la lucha conjunta por el medioambiente.
Dando y dando
«El Gobierno de México diseña un espacio de servicios de empleo, asistencia y protección para personas refugiadas, en colaboración con organismos internacionales», detallaron en un comunicado conjunto.
Este centro «ofrecería servicios y alternativas de protección, documentación y movilidad laboral», así como «tareas de control migratorio».
Además, «los Gobiernos de Estados Unidos y Canadá colaborarán con el Gobierno de México y organismos internacionales para ofrecer servicios y asistencia para personas refugiadas en dicho espacio», explicaron.
Según el comunicado conjunto, los mandatarios se comprometieron a aumentar las «vías regulares como alternativa a la migración irregular en América» y «fortalecer los procesos de asilo».
Antes de la cumbre, Estados Unidos lanzó un programa migratorio acordado con México que prevé dar 30.000 permisos humanitarios a venezolanos, cubanos, nicaragüenses y haitianos, pero deportar a territorio mexicano a aquellos que crucen la frontera de forma irregular.
En la rueda de prensa posterior a la cumbre, Biden agradeció públicamente a López Obrador por admitir a los migrantes que sean deportados de Estados Unidos.
La cumbre sucedió también tras la detención el jueves pasado de Ovidio Guzmán, uno de los hijos del Chapo Guzmán más buscados por Estados Unidos.