Buenos Aires, Argentina- En medio del luto nacional por el asesinato del fiscal Marcelo Pecci, los habitantes de la república del Paraguay celebraron el 211 aniversario de su independencia “Una fecha que nos une y que nos llena de orgullo” según palabras del cónsul paraguayo Rolando Goiburú Benítez en uno de los actos que se llevaron a cabo en distintos puntos del país y también en la Argentina, donde la colectividad paraguaya es la más numerosa de todas las comunidades migrantes, mientras que en los Estados Unidos, es actualmente el cuarto país en casos de emigración, luego de Argentina, España y Brasil.
Paraguay es el único país del mundo que tiene dos días de la independencia ya que fue gestado el 14 y 15 de mayo de 1811. Fue el segundo país de América Latina en emanciparse de España y el primero en hacerlo del dominio español del Virreinato del Río de la Plata, antecediendo a la Argentina y Uruguay.
Esta simbiosis de luto y festejos no deja de preocupar al presidente guaraní Mario Abdo Benítez, ya que Pecci, asesinado por desconocidos en un hecho todavía no esclarecido mientras pasaba su luna de miel en Colombia junto a su esposa la periodista paraguaya Claudia Aguilera, pasó a convertirse en el símbolo de la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico en su país. De hecho, en forma conjunta; la policía colombiana, paraguaya y estadounidense trabajan sobre la hipótesis de un asesinato por su labor de fiscal, sobre todo por los casos que llevaron a la extradición a USA del brasileño de origen libanés Mahmoud Ali Barakat por su presunta relación con una red de lavado de dinero procedente del narcotráfico y de otros posibles delitos; y por el atentado ocurrido este año en un concierto en el que murieron dos personas y otras cuatro resultaron heridas.
Este lamentable hecho trastocó los temas fundamentales de los discursos, como que es uno de los países que mejor pudo afrontar la pandemia de COVID-19 debido a su estabilidad y disciplina macroeconómica y que en los últimos años registró la menor contracción del PIB y uno de los aumentos de pobreza moderada más pequeños de la región.
Es paradójica esta situación, pues en mayo de 1811, Paraguay se emancipó de manera incruenta ya que no hubo derramamiento de sangre; mientras que ahora, evidentemente, la barbarie le ha ganado la batalla a la civilización.