Tras la destitución de Pedro Castillo se ha antepuesto la democracia a los intereses políticos de un presidente, afirman analistas consultados por la VOA, que además confían en que se abra un nuevo período para reforzar las instituciones del país.
Miami, Perú. — Perú ha vuelto a vivir una nueva crisis institucional y política después de que su presidente Pedro Castillo fuera destituído por el Congreso tras anunciar la disolución de la Cámara y la instauración de un “gobierno de excepción”.
No solo quedó relegado de la esfera del poder político peruano, sino que terminó arrestado por las autoridades y acusado de un supuesto delito de rebelión, según confirmó la Fiscalía en horas de la tarde del miércoles.
Analistas consultados por la Voz de América coinciden al señalar que Perú ha enviado un mensaje a la comunidad internacional de que “la democracia existe” en este país y que está por encima de cualquier interés personal y político.
“El mensaje está claro: quien viole la ley y se corrompa puede terminar en la cárcel. Eso ya se sabe. Ya todos los saben, sean civiles o militares”, dijo José Elice, abogado peruano que ejerció de Ministro del Interior durante el proceso de transición entre el gobierno de Francisco Sagasti y Pedro Castillo.
En esa línea, César Candela, experto en gobierno y políticas públicas, está convencido de que con la destitución y arresto de Castillo se ha “comprobado que los dictadores terminan presos y terminan mal”.
Castillo, un presidente investigado por la justicia
Recalca además que el mandatario destituído ya tenía “seis expedientes de investigación” en los que, “en más de un caso”, se le designaba como “cabeza de organizaciones criminales”.
“Es decir, que ha estado al frente de toda una estructura que se ha dedicado a delinquir dentro del aparato estatal”, dice. Agrega que “ha habido lamentablemente muchos momentos en los que se han infringido los protocolos y procedimientos que han violado la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública”.
Este contexto, según Elice, ha provocado “un proceso de debilitamiento institucional sostenido” y “eso se refleja también en un Parlamento que suele ser cada vez más inestable”.
“El nivel de inestabilidad era aterrador. Y se fue poniendo en evidencia aquello que sospechábamos: que había personas con cargos de gobierno que merecían un proceso penal y eventualmente una sanción bastante severa por su conducta”, justifica el abogado, que durante muchos años trabajó en el Congreso peruano.
“Él mismo se condenó”
Con todo, César Candela celebra que las Fuerzas Armadas peruanas rechazaran los planes de Pedro Castillo señalando que “no respaldaban la alteración del orden constitucional”, tal y como confirmaron en un comunicado.
“La Constitución Política ha permitido que rápidamente se ordene esta alteración del orden institucional y se retome rápidamente el orden constitucional para que todo siga felizmente en una actividad normal de nuestra sociedad”, indicó Candela convencido de que “esa es la situación en Perú en estos momentos”.
Y es que, según cuenta Elice, Castillo “disolvió el Congreso violando varios artículos de la Constitución de forma directa”, lo que llevó a las autoridades a actuar de inmediato.
“Él mismo se condenó”, afirma. “En la mañana del miércoles hubo mucho sobresalto, pero quienes conocemos las reglas y el sistema sabíamos que es un movimiento torpe porque en el Perú cualquier acto presidencial que no tenga refrendo o apoyo ministerial es nulo”, aclara sobre esta cuestión.
“Sin embargo, él salió, no avisó a sus ministros y ellos empezaron a renunciar en masa después de su discurso. Además, dictó o pretendió dictar unas medidas muy fuertes para el control del orden público”, añadió sobre los movimientos de Castillo que lo llevaron a ser detenido por las autoridades peruanas.
El Artículo 46 que da poder al pueblo peruano
Sobre eso, Elice menciona el Artículo 46 de la Constitución “que habilita al pueblo a la insurgencia legal y constitucional en caso de que el poder sea tomado de manera irregular”, una medida legal a través de la cual se pueden amparar los peruanos.
“Establece, entre otras cosas, que nadie debe obediencia a un gobierno usurpador y además, que todos los actos que se originen en una usurpación de este tipo son nulos”, dice.
La formación del nuevo gobierno
Tras los momentos convulsos que se vivieron en Perú en la tarde del miércoles, la vicepresidenta Dina Boluarte se convirtió en la primera mujer en ocupar el puesto presidencial.
Lo hace de acuerdo con el artículo de sucesión presidencial, según explica José Elice. “Si el presidente es sacado (del poder), asume la primera o el primer vicepresidente. Si no, pasa al segundo vicepresidente. Y en defecto de los dos, asume quien preside el Congreso de la República, que debe convocar de inmediato a elecciones”, expone el abogado peruano subrayando que “las reglas de sucesión son clarísimas y que no hay ninguna duda al respecto”.
Sobre la llegada de Boluarte al poder, los analistas creen que las expectativas son muy altas, más teniendo en cuenta el compromiso que adoptó minutos después de asumir el nuevo rol dentro del gobierno peruano.
“Ha dicho que va a gobernar con todas las fuerzas democráticas y espero, por el bien del país, que así sea, para darle tranquilidad”, dijo el asesor presidencial.
Hasta el momento, poco se sabe de las personas que estarán en su gabinete de gobierno, pero se espera que se anuncie en pocos días. “Ella debería designar al presidente del Consejo de Ministros en estos días para que, junto con él, terminen de designar el gabinete cuanto antes y terminar así el año tranquilos”, dice . También afirmó que para muchos peruanos “no ha habido mejor regalo navideño” que la destitución de Castillo.
La popularidad de Castillo en mínimos
Y es que varios informes publicados en las últimas semanas revelaron que una gran parte de la población peruana desaprobaba la gestión de Pedro Castillo al frente del gobierno. Una encuesta realizada por Datum encontró que el 71 % de los peruanos desaprobaba a Castillo, lo que suponía dos puntos más que en noviembre.
“Él apelaba mucho el ser campesino y maestro. Pero acá no se trata de que sea un ingeniero, astronauta, abogado o economista. Sino que cualquier peruano de buena intención, que no se siente en la capacidad de conducir el destino de 30 millones de peruanos, simplemente tenga la humildad para decir que necesita ayuda”, comenta Candela, que conoce de primera mano la situación política en Perú.
Es la misma opinión compartida por Elice, al considerar que se ha demostrado que “quien es ineficiente, se tiene que atener a los mecanismos y finalmente se van (…) quien simplemente no muestra competencia para el gobierno o para el ejercicio de cualquier otro cargo, pues por incompetente se va”, insistió.
“Perú lo que quiere es paz, seguridad jurídica, libertad para trabajar, para invertir y que se respeten los derechos”, recalcó.
Fernando Llanos, periodista político peruano que trabaja en América Noticias (Perú), asegura que “hay muy pocos partidarios de Castillo”, incluso en el Congreso del país. “Salvo la facción más radical de defensa de Castillo, seis congresistas, nadie aprobó lo que hizo Castillo”, afirmó.
¿Qué esperar de la nueva presidenta de Perú, Dina Boluarte?
Ahora, con Boluarte en la presidencia de Perú, deberían impulsarse nuevos planes que permitan el desarrollo económico y la estabilidad política en el país, a tenor de las opiniones de los expertos consultados por VOA.
En opinión de Candela, uno de los retos más importantes a los que deberá hacer frente Boluarte será la alta inflación que se registra en el país a consecuencia de la crisis energética por la guerra rusa en Ucrania. También considera que se deben establecer unas bases económicas fuertes con el objetivo de asegurar el desarrollo en el país. “Perú tiene un gran potencial de desarrollo y creo que en vez de estar enfrentando un clima político convulsionado, deberíamos estar en vitrina y decirle al mundo que estamos aquí para generar crecimiento y desarrollo”, sostiene.
Por su parte, Elice, afirma que la nueva presidenta debería enfocarse en los efectos negativos que ha dejado la pandemia del coronavirus. “Lo puedo decir con claridad porque fui parte del gobierno de transición que tuvo que enfrentar directamente la pandemia en su peor momento”, explica.
A pesar de que en Perú “ya se sabía que había carencias en las infraestructuras sanitarias”, la crisis del coronavirus “demostró cuán mal estábamos y cuál es nuestro potencial para mejorar esos”.