Ciudad de México. — La muerte de una mujer que fue quemada viva luego de haber sido amenazada por vecinos que estaban molestos con su hijo autista en el occidente de México desató la indignación de buena parte de la sociedad de la región.
Pero la ira de familiares y colectivos feministas aumentó el martes, cuando fiscales del estado de Jalisco sugirieron que Luz Raquel Padilla se prendió fuego en un parque después de comprar alcohol medicinal y un encendedor.
Horas después, un tribunal del estado acordó vincular a proceso a un hombre identificado como Sergio Ismael I., quien era vecino de la víctima, por los delitos contra la dignidad de personas y lesiones en agravio de Padilla, de acuerdo con un comunicado la Fiscalía estatal.
El hombre, que en días pasados se había entregado a las autoridades, enfrenta además un proceso que se inició en mayo después de que Padilla presentara una denuncia en su contra por agresión física y verbal y que no tiene relación con su muerte.
La Fiscalía General de Jalisco dijo en un comunicado que desde el momento que Padilla presentó la denuncia “se le dictaron medidas de protección de apoyo integral en tanto se realizaba la integración de la carpeta de investigación”.
El juez ordenó prisión preventiva por un mes para el detenido.
La muerte de Padilla en Zapopan, un suburbio de Guadalajara, la capital del estado, tiene lugar después de varios asesinatos de mujeres con gran impacto mediático en México, algunos de los cuales siguen sin resolverse. Coincide, además, con el de otra mujer quemada viva en el centro del país.
Organizaciones por los derechos humanos denunciaron que la policía no actuó ante una orden de alejamiento y protección que obtuvo Padilla después de que alguien garabateara “Te voy a quemar viva” frente a su apartamento. Los vecinos aparentemente se quejaban por los ruidos que hacía su hijo autista.
Después de su muerte, la policía detuvo a un vecino que supuestamente había sido nombrado en la orden de protección, pero dijo que no había pruebas de que estuviera cerca de la escena del crimen.
Sin embargo, el martes el fiscal Luis Méndez Ruiz explicó que las imágenes de las cámaras de seguridad mostraban que Padilla había comprado dos botellas de alcohol y un encendedor en tiendas cercanas al parque donde fue encontrada con graves quemaduras el 16 de julio. Murió días más tarde en un hospital.
«La intención jamás es revictimizar o criminalizar a nadie”, dijo Méndez Ruiz. “La persona que está detenida también tiene derechos”.
Padilla había solicitado el 6 de mayo una orden de alejamiento en contra de un vecino, al que responsabilizaba de las amenazas.
Un juez concedió la orden, y el hecho de que muriera mientras supuestamente estaba protegida alimentó la indignación en torno al caso. Activistas dijeron que las autoridades no habían hecho lo suficiente.
La Cámara de Diputados de México emitió un comunicado el martes en el que condenaba los hechos y pedía mejorar los sistemas de protección de mujeres amenazadas y personas con discapacidad.
“Este feminicidio pudo haberse evitado si las autoridades hubieran reforzado las medidas por la gravedad de las amenazas», dijo María de la Luz Estrada, de la ONG Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio. «Minimizaron los hechos».
Méndez Ruiz indicó que Padilla tenía un añejo conflicto con los vecinos, y la madre del detenido proporcionó a la policía su propia grabación de seguridad, en la que se ve a Padilla aparentemente prendiendo fuego a unos papeles frente a su propia puerta. Otro vídeo la muestra cambiando el ángulo de la cámara de la vecina para ocultar la escalera en la que estaba garabateada la amenaza.
Ahora, la madre del detenido ha denunciado que ha recibido amenazas, según Méndez Ruiz.
Por otra parte, el domingo murió otra mujer en circunstancias similares en el estado de Morelos, al sur de la capital, informó la fiscalía local.
Margarita Ceceña falleció a causa de las quemaduras que sufrió hace casi un mes, el 1 de julio, cuando un familiar le roció gasolina y le prendió fuego aparentemente debido a una disputa familiar, indicaron las autoridades.
El gobierno mexicano se jacta de que la tasa de homicidios ha disminuido ligeramente, de 36.700 en 2020 a poco más de 35.600 el año pasado, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
A pesar de que la tasa de asesinatos de hombres cayó un poco, la de mujeres se mantuvo estable y la desconfianza hacia las autoridades permanece.
Los fallecimientos de Ceceña y Padilla se producen en momentos en que muchos de los mexicanos aún tienen un fresco recuerdo de la fotografía de la joven Debanhi Escobar, la cual se hizo viral en redes, La imagen de una muchacha de 18 años, mirando al infinito y desamparada en una carretera del norte de México a mitad de la noche.
Escobar se bajó de un taxi y el conductor tomó la foto para demostrar que estaba viva cuando la dejó. Su cadáver fue encontrado días después en la cisterna de un motel cerca de la ciudad de Monterrey.
El más reciente en una serie de análisis forenses contradictorios, mostró que Escobar murió por asfixia, y en concreto, por sofocación debido a la “obstrucción de orificios respiratorios”. Previamente, el servicio forense de Nuevo León había determinado que la muerte se debió a un golpe en la cabeza y que estaba viva dentro de la cisterna subterránea donde encontraron su cadáver. Un tercer examen, encargado por la familia de la víctima, hablaba de agresiones sexuales y asesinato.