Sao Paulo, 25 mar.- El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, insistió este miércoles en menospreciar el avance de la pandemia de coronavirus en el país y exigió que las medidas de confinamiento social se restrinjan a los ancianos y enfermos, en medio de las críticas de casi todos los sectores políticos.
«Si la política de aislamiento continúa tendremos el caos y el virus juntos», reiteró este miércoles en declaraciones a los periodistas en Brasilia.
El líder de la ultraderecha brasileña, de 65 años, siguió hoy la línea del discurso protagonizado la noche del martes en un pronunciamiento trasmitido en cadena de radio y televisión en el que contrarió las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En él, Bolsonaro volvió a ir en dirección opuesta de la mayoría de los países en la lucha contra la pandemia, criticó el cierre de las escuelas y comercios en el país sudamericano e insistió en calificar el coronavirus de «gripecita»,.
Según el mandatario, hay que evitar medidas radicales porque es necesario mantener la economía brasileña a flote y preservar los empleos.
La mayor economía latinoamericana prevé un estancamiento del PIB en 2020, según los últimos cálculos del Ejecutivo, considerados demasiado optimistas por los analistas.
Por ello, Bolsonaro defendió el confinamiento tan sólo para aquellas personas mayores de 60 años o con problemas de salud, consideradas como grupos de riesgo, y minimizó las consecuencias del virus, el cual ya ha dejado al menos 46 muertos y 2.201 casos.
«Vamos a poner al pueblo a trabajar, a preservar a los ancianos, a los que tienen problemas de salud. En caso contrario, lo que sucedió en Chile (graves revueltas sociales a finales de 2019), va a ser poco con lo que sucederá en Brasil», agregó el dirigente, quien insinuó que la desigualdad social en su país se puede agravar por el confinamiento y desembocar en protestas callejeras.
Las declaraciones del presidente generaron un aluvión de críticas en todos los sectores de la política, incluido el presidente del Congreso, Davi Alcolumbre, quien calificó de «grave» la posición del presidente de la República.
«En este momento grave, el país necesita un liderazgo serio, responsable, comprometido con la vida y la salud de su población», recalcó el senador.
Rodeado de polémicas, Bolsonaro ha perdido una parte del apoyo del Congreso, pero la institución le ha respaldado en las votaciones claves, como en la aprobación de un decreto que declara al país en «estado de calamidad pública» y le da al Gobierno más libertades para el manejo de los presupuestos.
BOLSONARO, EN PIE DE GUERRA CONTRA LOS GOBERNADORES
El jefe de Estado volvió a cargar este miércoles contra los gobernadores del estado de Sao Paulo, Joao Doria, y el de Río de Janeiro, Wilson Witzel, a quienes acusó de cometer un «delito» por imponer medidas restrictivas para contener el avance del coronavirus.
Sao Paulo, el estado más poblado de Brasil y donde se concentran 40 de las 46 muertes confirmadas hasta el momento, está en cuarentena desde el martes, mientras que Río de Janeiro ha adoptado medidas restrictivas, pero sin decretar el confinamiento de sus habitantes.
El jefe de Estado ha acusado a ambos gobernadores de querer sacar rédito político de la crisis de cara a las elecciones presidenciales de 2022.
Tanto Doria como Witzel siguen una línea conservadora y apoyaron la candidatura de Bolsonaro en los comicios de 2018, pero en los últimos meses han aireado sus diferencias respecto al capitán de la reserva del Ejército, más visibles que nunca en tiempos de pandemia.
«Lo que hacen algunos gobernadores es un delito. Están reventando Brasil, destruyendo empleos», recalcó el presidente, cuyas gestión en la crisis sanitaria cuenta con el respaldo del 35 % de los brasileños.
Horas después de su pronunciamiento, Bolsonaro se reunió con Doria y Witzel y otros dos gobernadores del sureste de Brasil por teleconferencia, un encuentro en el que el gobernador de Sao Paulo expresó su descontento con el mensaje del presidente.
Doria, miembro del tradicional partido centroderechista PSDB, tildó de «decepcionante» el encuentro virtual con el jefe de Estado y lamentó las críticas que recibió.
Bolsonaro «en vez de salvar vidas, se dedica a hablar de política y de elecciones. Es lamentable y preocupante», espetó el gobernador de Sao Paulo, región que aporta cerca de un tercio del PIB de Brasil.
TRAS LOS PASOS DE TRUMP
Bolsonaro, un fiel admirador del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, admitió este miércoles seguir los pasos de su homólogo, quien ha expresado su deseo de abrir el país a mediados de abril para dar prioridad a la economía.
«Trump sigue una línea semejante a la mía. Es un país más poderoso que el nuestro, tiene una cultura y educación diferente a la nuestra, por lo que todo indica que va a reabrir hoy los puesto de trabajo», señaló Bolsonaro, quien minutos después fue corregido por un periodista.
El presidente estadounidense aseguró el martes que le gustaría «abrir el país» para el próximo 12 de abril, ante el temor a las repercusiones económicas de la crisis del coronavirus, mientras los casos se multiplican en el país.
«Otros virus mataron mucho más que este y no hubo toda esa conmoción. Si ellos no hacen allí, no hacemos aquí, será el caos, será el fin de Estados Unidos y de Brasil», subrayó hoy Bolsonaro.
Alba Santandreu