El pasado lunes un apagón de varias horas de Instagram, Facebook y WhatsApp llevó a que muchos en la región y el mundo sintieran cuánto dependen de estas plataformas, pues además de comunicarnos con los familiares y amigos, suelen ser vehículos para atraer y concretar clientes.
El incidente que duró casi 7 horas también golpeó a compañía estadounidense Facebook que perdió cerca de 6.000 millones de dólares de capital por la caída de sus acciones el lunes.
Alejandro Useche, economista de la Universidad del Rosario de Colombia, quien explicó a la Voz de América que el apagón tecnológico tuvo repercusión negativa para la compañía propietaria de WhatsApp e Instagram al caer 4,99%.
El efecto de este apagón de las redes sociales se sintió con más fuerza en las bolsas de México, Brasil y Chile, de acuerdo con el análisis de Useche.
Por su parte la presidente de la Cámara de Comercio Electrónico de Colombia, María Fernanda Quiñones, indicó que la caída de las redes sociales impactó el desarrollo del comercio electrónico, porque es una herramienta que ha sido fundamental en todo el proceso de reactivación económica en Colombia, para el emprendimiento de la pequeña y mediana empresa.
Pero la caída de las redes también implica un llamado de atención sociológico. De acuerdo con Carlos Charry, director de la Maestría en Estudios Sociales de la Universidad del Rosario, “lo que evidencia es que el bloqueo de las redes sociales es la fuerte dependencia que hemos construido a ellas. No solo en términos económicos, sino en cuánto a decisiones políticas, económicas, empresariales o incluso familiares pasan a diario a través de estas redes sociales”.
“Casi que hay tipos de relación, o tipos de trabajo, tipo de interacciones que solamente fluyen a través de las redes sociales, y prácticamente se vuelve como si fuera una extensión de nosotros, y si ocurriera algo más grave y definitivo, pareciera como si la sociedad no pudiera funcionar sin estas plataformas”, indicó el experto.
El impacto se sintió en los bolsillos de muchos emprendedores que majean sus ventas a través de las redes principalmente de WhatsApp, por lo que el 4 de octubre fue un día perdido. También hubo quienes perdieron cifras mayores, como es el caso de la emprendedora colombiana Samara Yepez, dueña de S&Y Entertaiment Group, en Los Ángeles (California), narró a la Voz de América cómo la caída de las redes sociales mandó al traste un día de trabajo que no se recuperará, que ocasionó pérdidas cercanas a los 10.000 dólares y que la obligará a buscar nuevos permisos de la ciudad, que ya tenía para hacer su trabajo de televisión.
“A raíz de la pandemia tuvimos que reinventarnos y para grabar un comercial de televisión nos tocó modificar los procesos. Los interesados deben grabar un video y enviarlo por WhatsApp, nosotros seleccionamos a los elegidos, y luego viene otra etapa con un nuevo video, y esa tarea fue la que no pudimos realizar, porque no tuvimos comunicación para recibirlos, y había varias personas de otros estados, pero con la caída de las redes, ahora hay que coordinar nuevas fechas. Ya se había contratado el set de grabación, el alquiler del club, los maquillistas, y eso genera pérdidas cercanas a los 10.000 dólares”, señaló.
Del otro lado de la moneda, hay quienes se desconectaron con el mundo a distancia y aprovecharon para reconectarse con los que tienen cerca.