WASHINGTON — El presidente de Estados Unidos Joe Biden pidió el lunes de manera urgente al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu que no lance una ofensiva contra la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, mientras la división entre ambos gobernantes continúa aumentando al igual que el número de palestinos muertos.
La conversación telefónica entre Biden y Netanyahu se produjo mientras Israel parecía estar cada vez más cerca de iniciar una operación militar a gran escala para expulsar a milicianos de Hamás de Rafah, algo que Biden y sus principales colaboradores han dicho repetidamente al gobierno israelí que únicamente conducirá a un mayor número de muertos y una mayor calamidad en el territorio.
Ambos gobernantes enfrentan una creciente presión pública para concretar un cese del fuego: Biden de parte de las protestas en los campus universitarios y Netanyahu de los familiares de algunos de los rehenes israelíes.
Biden insta a Netanyahu a evitar ataques en Rafah ante creciente división
“El presidente no quiere ver operaciones en Rafah que representen un mayor riesgo para las más de un millón de personas que se resguardan allí”, dijo el portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby.
La Casa Blanca calificó de “constructiva” la conversación de 30 minutos entre Biden y Netanyahu, sin embargo, la preocupación de los funcionarios gubernamentales iba en aumento después de que Israel ordenó el lunes que alrededor de 100.000 palestinos desalojaran Rafah, y lanzó ataques “selectivos” en la zona este de la ciudad.
Funcionarios de la Casa Blanca seguían de cerca y con gran preocupación cómo se intensificaban las acciones israelíes en Rafah, pero no creían que pudieran considerarse el ataque a gran escala con el que Netanyahu ha estado amenazando, según una persona familiarizada con el criterio del gobierno y que declaró bajo condición de anonimato al no estar autorizada a hacer comentarios públicos.
Más de 34.000 palestinos han perdido la vida durante la guerra, la cual comenzó después de que Hamás lanzó un ataque contra Israel el 7 de octubre que dejó unos 1.200 muertos. Alrededor de 250 personas fueron tomadas como rehenes durante la incursión.