Reading, PA – Luis Abinader tomó posesión como presidente en pleno momento de crisis sanitaria y económica para la República Dominicana y el mundo, ante la pandemia del coronavirus; lo que ha causado que en sus primeros 46 días en el poder, no se esté enfocando en las políticas públicas a las que otros mandatarios prestaron mayor atención.
A un mes y medio de haberse posesionado, Abinader ha tenido que valerse de la aprobación de un nuevo presupuesto complementario por RD $202,020 millones, y la emisión de bonos soberanos por US $3,800 millones, además de un préstamo por US $500 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La primera deuda de Abinader son esos US $3,800 millones en bonos soberanos en el mercado internacional. El monto agregado de las órdenes recibidas alcanzó un total de US $9,600 millones, 2.5 veces el monto que se requería.
La transacción se estructuró en tres paquetes: dos en moneda extranjera y uno indexado al peso dominicano, con las siguientes condiciones. El primero consta de un nuevo bono por un monto de US $1,800 millones, a un plazo de 12 años, con un rendimiento del 4.875%.
A este le sigue la reapertura del bono en dólares estadounidenses, con vencimiento en el 2060, a rendimiento del 6.25%, por un monto US $1,700 millones, ocurriendo lo mismo después con el bono en pesos dominicanos por 17,500 millones, con rendimiento del 10% y vencimiento en 2026.
Este miércoles 30 de septiembre, el Senado de la República ratificó un contrato de préstamos por US $500 millones, para ser utilizados en el financiamiento del Programa de Fortalecimiento de la Política Pública y Gestión Fiscal, para la Atención de la Crisis Sanitaria y Económica causada por el COVID-19, y en el Programa de Emergencia para la Sostenibilidad Macroeconómica y Fiscal.
Son muchos gastos y prestamos, a parte de los que ya tenemos; consciente de que los pasados gobiernos no dejaron al país muy bien posicionado que digamos, frente a la crisis tanto sanitaria como económica, se sabe que de algún lugar deben salir los fondos para todos los planes que sean dados a la población de bajos recursos. Solo queda esperar que el tiempo nos demuestre si estas decisiones fueron bien tomadas, y de paso, exigirles a los gobernantes que tomen en cuenta a la clase media en todas sus decisiones.
Dios nos bendiga y el impacto de Jesús en nuestras vidas nos mantenga el pulso equilibrado. ¡Un abrazo!
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