Santo Domingo. – Los pasillos y las aulas de la escuela diplomática de la República Dominicana, la más antigua de América, están vacíos desde hace cinco meses debido a la pandemia y ya se están preparando para un largo tiempo de soledad.
Tan solo rompe el silencio del edificio de estilo colonial la voz de unos pocos profesores que han decidido mantener las clases en el centro educativo, en lugar de sus propias casas, y que ahora dicta sus lecciones mirando hacia la cámara de una computadora portátil, con los que se conectan a los estudiantes en casa.
El embajador Manuel Morales Lama, director del Instituto de Educación Superior Especializado en Formación Diplomática y Consular (Inesdyc), explica a Efe que esta escuela, cuyos orígenes se remontan a 1934, en plena época de la dictadura de Rafael Trujillo, ha tenido que emprender una «transformación acelerada» al mundo virtual, esforzándose para mantener la calidad de la enseñanza.
El Inesdyc ya contaba con una plataforma de enseñanza orientada a los funcionarios de las embajadas y los consulados, pero de la noche a la mañana ha tenido que ser adaptada para los cerca de 150 estudiantes de los cursos que ofrece la escuela.
Morales explica que la adaptación está siendo «paulatina», primero se ha aplicado a los cursos de posgrado y maestría, y ahora se está empezando con los idiomas y cursos de educación continua.
«Lo que pasó es que pensamos que sería una situación temporal, pero ahora nos dimos cuenta de que será más largo de lo que teníamos pensado, o de lo que todo el mundo tenía pensado», comenta.
En principio se esperaba que se pudiera retomar las clases presenciales el próximo septiembre, pero ahora se constata que el método a distancia deberá continuar tal vez hasta finales de año, puntualizó Morales.
La mayor preocupación del responsable del Inesdyc es que la calidad de la educación no se vea afectada.
Esto es algo fundamental, subraya, dadas las intenciones de profesionalizar el servicio exterior que ha manifestado el futuro canciller, Roberto Álvarez, que asumirá el cargo el próximo 16 de agosto junto al presidente electo, Luis Abinader.
«Se están haciendo los mayores esfuerzos de profesionalizar (el servicio exterior). Estoy segurísimo, porque el nuevo canciller es un profesional de las relaciones internacionales y él está en esa línea», comenta.
Para mantener la calidad de la educación, se ha implantado un sistema de coordinación de las clases, para controlar la asistencia de los estudiantes, que, si se desconectan más tiempo del estipulado, se les considera que han cometido una falta.
También ha sido necesario impartir formación a los estudiantes y profesores, estos más «renuentes» en un principio a utilizar las nuevas tecnologías.
Morales asegura que el nivel educativo «no se ha afectado en lo más mínimo» e incluso ahora hay profesores que prefieren el modelo virtual por encima del presencial, con el que se han educado los diplomáticos dominicanos a lo largo de ocho décadas.