Fotografía de archivo en la que se registró a un hombre al ser vacunado contra la covid-19, en Santo Domingo (República Dominicana). (Foto: EFE/Orlando Barría)

Ya vamos por la tercera. Lo que pensaba hace meses atrás está sucediendo: la tercera dosis de la vacuna contra la COVID-19 es obligatoria, y la cuarta se vuelve opcional. El año pasado se actualizó la resolución 000069, donde se planteó que la tercera dosis de la vacuna contra la COVID-19 fuera obligatoria para cada ciudadano en el país. Y es que, al verse el país sumido ante la variante Ómicron, se ha implementado la obligación de esta tercera dosis, y en recomendación de las autoridades, la aplicación de las vacunas debe ser de manera mixta, ya que es lo más adecuado para combatir las variantes del virus en el país y el resto del mundo.

El Ministerio de Salud Pública bajo la mencionada resolución exigió que, a partir del pasado 31 de enero, el nuevo esquema de la tarjeta de vacunación contra la COVID-19 incluyera tres dosis. Como es de esperarse, en los casos excepcionales, como aquellas personas que no puedan recibir la vacuna por razones médicas y las embarazadas, se les ha otorgado un permiso especial.

La medida establece que el esquema de vacunación principal contra la COVID-19 para todas las personas mayores de 18 años, consta de tres dosis de las vacunas disponibles; también se mantiene la exigencia de presentar la tarjeta de vacunación con al menos dos dosis para las personas entre 12 y 17 años. Las personas que no hayan completado el esquema de vacunación principal, después de la fecha indicada, deberán presentar una prueba PCR negativa con no más de 7 días de realizada.

El esquema de vacunación también incluye una dosis de refuerzo opcional (4ta dosis), la que se inició con la administración del personal de salud y farmacéutico, personas mayores de 60 años, inmunodeprimidas, personal de primera línea de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, docentes, periodistas y personas que así lo requieran por condición especial, la cual podrá ser aplicada a partir de seis meses después de haber recibido la tercera dosis.

¿Por qué obligación?

Con respeto a la obligación de la tercera dosis algunos ciudadanos consideran que las vacunas no deben ser obligatorias porque violan los derechos de la ciudadanía. Evidentemente muchos saldrán de esta con una que otra sanción, ya que posiblemente en algunos servicios sea requerida la evidencia de la dosis mencionada, aunque conociéndonos algunos optaran por perder quizás oportunidades u obviaran necesidades. Lamentable en mi opinión algunos se sentirán vulnerados, pero con honestidad la obligatoriedad no debería ser en este sentido. Para mí, es preferible seguir las medidas sanitarias, y quizás mejor aún, reforzarlas.

¡Que el impacto del Señor nos mantenga el pulso equilibrado!

emma_martinez10@hotmail.com

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