La robot Sophia fue la gran protagonista del Foro Global que analiza este viernes en Casa de Campo (La Romana, este de República Dominicana) los avances y los riesgos que puede representar la inteligencia artificial (IA).
En el congreso organizado por la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), este humanoide de la firma Hanson Robotics, capaz de mostrar expresiones humanas e interactuar con personas, fue el ejemplo de cómo la IA es una realidad que abre múltiples expectativas.
«Al igual que internet, la inteligencia artificial es una tecnología que vino para quedarse. Contribuirá a mejorar nuestras vidas», afirmó el presidente de Funglode, el ex jefe de Estado dominicano Leonel Fernández, ante los expertos reunidos en un evento que se celebra bajo el lema «Inteligencia Artificial: ¿Progreso o Amenaza para la Humanidad?».
La respuesta de Fernández a esta pregunta fue contundente: «La inteligencia artificial no conlleva un riesgo existencial para la humanidad. No se trata de una lucha de máquinas contra seres humanos. Las máquinas no son capaces de pensar por sí mismas. Solo piensan con relación a lo que son programadas. Solamente pueden representar un riesgo para la humanidad si los propios humanos lo hacen posible».
Por el contrario, Fernández, quien interactuó en el foro con Sophia, destacó que la IA ya se utiliza para «desarrollar herramientas que detecten el cáncer de forma precoz, calcular el riesgo y beneficios potenciales de inversiones, catástrofes naturales, desarrollo de robots humanoides y potencialización de industrias como la espacial y la submarina”, entre otros aspectos.
En su opinión, «la investigación y el desarrollo de inteligencia artificial deben reenfocarse en hacer que los sistemas potentes y de última generación de hoy en día sean más precisos, seguros, interpretables, transparentes, confiables y leales».
Dado que la IA es ya una realidad y también es el futuro, anunció que Funglode quiere desarrollar diversas iniciativas, como un programa de formación al respecto de docentes desde el jardín de infancia (kinder) hasta el bachillerato, en colaboración con el Instituto Tecnológico de Massachussets y la Universidad George Mason, para lo cual ya hay conversaciones.
Además, se pretenden diseñar planes de colaboración con universidades nacionales e internacionales y con centros de investigación para la aplicación de programas de IA que sirvan para el desarrollo de industrias, áreas de servicios y centros de salud, detalló el presidente de Funglode, organización privada sin fines de lucro dedicada a los estudios y capacitaciones en los ámbitos social, político, económico, democrático e internacional.
En la primera parte del IV Foro Global@Casa de Campo, también intervino, entre otros, David Hanson, presidente de Hanson Robotics, quien disertó sobre el tema «Emulación Humana en IA y Robots para Inteligencia General Artificial (AGI) y Sintiencia de Máquina a Través de la Encarnación Similar a la Humana y las Humanidades Integradoras».
Por su parte, la directora de Propiedad Intelectual y de la División de Tecnologías de Vanguardia, de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), Ulrike Till, habló de las medidas que los gobiernos están adoptando para regular la inteligencia artificial.
En el evento, que se celebra en formato híbrido y en el que Sophia participó para promover el debate sobre la ética de la IA y el futuro de la robótica, los expertos abordan las políticas públicas ante la inteligencia artificial, los riesgos y las oportunidades que esta supone para las regiones y las ciudades o la importancia de la ciberseguridad, entre otros asuntos.
También ocupan un lugar destacado las relaciones entre la IA y el mundo del trabajo y la interacción de la inteligencia artificial con los humanos en el ámbito de los negocios, la banca o el periodismo.