Reading, PA – La mayoría de la población dominicana está convencida de que la gestión del presidente Luis Abinader tiene las mejores intenciones de echar el país hacia adelante, para generar cambios que marquen un rumbo diferente en el manejo de los asuntos públicos.
Esa percepción favorable hacia el actual gobierno debe ser aprovechada con sabiduría; incluso, debe trabajarse para generar una actitud de mayor cooperación e integración colectiva, en busca de una visión y una aspiración renovada de lograr cada día un mejor país. Las autoridades actuales han asumido el combate contra la pandemia del COVID-19 de una manera muy unilateral y rígida, y no perciben que se trata de una lucha colectiva, en la que las responsabilidades y los compromisos tenemos que compartirlos todos.
Tenemos que involucrar a nuestros barrios que, como resultado del hastío y del encierro, están metidos en un juego de persecución y escape con las fuerzas del orden público. Este juego de medición de fuerzas y protagonismo callejero es dañino, y hay que convertirlo en una concertación de colaboración colectiva voluntaria. Hay que trabajar para que la lucha contra esta pandemia adquiera el sentido de una cruzada social heroica. El enemigo no es la Policía, ni las autoridades, es el COVID-19, y todos estamos comprometidos con la misión de vencerlo.
Tenemos una oportunidad para levantar un coro unido y bien afinado en favor de la vida. Esta es una responsabilidad de todos. Toda la fuerza comunicativa y persuasiva de las autoridades y de la sociedad en general tienen que estar ahora, en palabras y hechos, a favor de una corriente que avance en una dirección unificada y esperanzadora contra la pandemia.
Tenemos un cuerpo médico agotado, tenemos una policía exasperada hasta el cansancio y tenemos una población hastiada y llena de incertidumbre. Esta es una lucha de conjunto, no una batalla de burócratas oficiales y fuerzas represivas. Tenemos que promover el protagonismo de la comunidad, de la juventud. Tenemos que ser creativos para que haya una cooperación efectiva, para que cada uno se convierta en guardián de sí mismo, de su propia familia, de su sector y de toda la población dominicana. Que el impulso de Jesús en nuestras vidas nos mantenga el pulso equilibrado.
¡Un abrazo!
Con colaboración de Tomás Gómez Bueno
emma_matinez10@hotmail.com