Bogotá, Colombia – Un país convulsionado apeló al perdón y a la reconciliación en una jornada en la que recordó a las 13 víctimas mortales de las violentas manifestaciones contra la brutalidad policial, cuyos familiares hicieron un llamado para que cese la violencia.
El pasado fin de semana a la Plaza de Bolívar de Bogotá, centro del poder de Colombia, llegaron padres, hermanos e hijos de las personas que murieron o que fueron heridas con disparos de bala que, según la alcaldesa Claudia López, ocurrieron pese a que ordenó a la Policía nunca usar «armas de fuego en las protestas ciudadanas».
En la ceremonia, a la que no asistió el presidente colombiano, Iván Duque, pese a haber sido invitado, y cuya silla permaneció vacía, estuvieron en representación del Gobierno Nacional los altos comisionados para la Paz, Miguel Ceballos, y para los Derechos Humanos, Nancy Patricia Gutiérrez.
También participó el presidente de la Comisión de la Verdad, el jesuita Francisco de Roux; el pastor Emiro Roa, de la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional, y monseñor Jaime Mancera, de la Arquidiócesis de la Bogotá.
Las violentas protestas fueron desencadenadas por la brutalidad policial que causó la muerte de Javier Ordóñez, un hombre de 46 años que fue reducido con exceso de fuerza y el uso prolongado de una pistola eléctrica táser por dos agentes durante su arresto en la madrugada del miércoles en Bogotá.
NO MÁS VIOLENCIA
Para Bryan Baquero, cuya hermana Angie murió tras recibir un balazo en el abdomen en el barrio La Gaitana la noche del 9 de septiembre, lo que vivió Bogotá en los últimos días debe sensibilizar a ciudadanos y autoridades, razón por la cual pidió que cese la violencia.
«No queremos que más familias pasen por esto, esto es muy duro, muy difícil, porque hemos perdido a una persona que ya no vamos a poder ver más, que nos deja un gran vacío en nuestro corazón (…) Pedimos que se calme tanta violencia que existe en el país y en la ciudad», expresó Baquero en el acto.
Con él coincidió Constanza Chaparro, familiar del joven Brayan Rodríguez que fue herido con un balazo que «le destrozó totalmente el fémur», quien considera que la violencia «no es la manera» de expresar «tanta indignación con todo lo que está pasando» en Colombia.
«Debemos tener un cambio como seres humanos. No debemos seguir influenciándonos por la ira, la rabia. Sentémonos a hablar como amigos», dijo la mujer, que también hizo un llamado para que no sean olvidados las víctimas de la violencia en los últimos días en la capital colombiana.
LA ALCALDESA PIDE PERDÓN
En el acto, la alcaldesa López pidió perdón y expresó sus condolencias a cada uno de los familiares de los muertos por la violencia de esta semana en Bogotá.
«Es función de las autoridades estatales evitar que estos hechos ocurran. Hoy también pedimos perdón porque esos hechos ocurrieron pese a todos los esfuerzos y a las claras instrucciones impartidas por la Alcaldía para que nunca se usen armas de fuego en las protestas ciudadanas en nuestra ciudad», dijo López tras abrazar a los familiares.
La alcaldesa manifestó que Bogotá no vivía días de tanta violencia desde la toma del Palacio de Justicia, el 6 y 7 de noviembre de 1985, cuando guerrilleros del Movimiento 19 de abril (M-19) irrumpieron en el edificio situado en la misma Plaza de Bolívar y tomaron como rehenes a cerca de 300 personas, entre ellas los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de Estado.
El Ejército retomó a sangre y fuego el edificio, acción que dejó 94 muertos, entre ellos 11 magistrados de la Corte, decenas de heridos y 11 desaparecidos, en su mayoría empleados de la cafetería y visitantes.
«Esta es una semana de luto para Bogotá, lo ocurrido el 9 y 10 de septiembre en nuestra ciudad es lo más grave que ha ocurrido en Bogotá desde la toma del Palacio de Justicia», expresó el domingo 13 se septiembre López, quien reiteró la necesidad de una reforma urgente a la Policía.
CONCIERTO POR LA RECONCILIACIÓN
Otro acto que tuvo lugar este domingo fue un concierto en una tarima instalada detrás del Comando de Atención Inmediata (CAI) de la Policía del barrio Verbenal, que fue incendiado durante las manifestaciones y en cuyas cercanías murieron dos jóvenes.
Allí se presentaron la Orquesta Filarmónica de Bogotá y la de la Policía para dar un mensaje de optimismo como decía un letrero gigante instalado en el borde de la tarima: «Bogotá se reconcilia. Verdad, justicia y reforma ya».
Flor Alcira Peralta, madre del joven Edinson Peralta, de 17, quien fue herido con un balazo en el brazo y otro en la rodilla durante las manifestaciones, dijo a Efe durante el concierto que la jornada de reconciliación estuvo «muy bien» porque eso impulsa la «paz» y que no «haya más violencia entre la Policía y las comunidades».
La mujer relató lo que ocurrió con su hijo, que trataba de ayudar a un compañero al que le habían disparado y en ello recibió dos balazos.
«Los policías de acá de Verbenal (le dispararon). Él fue atacado por ir a salvar al amigo y el amigo cayó, fue el que murió. Cuando cayó, mi hijo se fue a auxiliarlo (…) Cuando ayudó a levantarlo, él sintió el balazo en la mano, pensó que era una bala de las otras, y luego sintió otra en la pierna», relató la mujer.
Por eso, Peralta hizo un llamado a los jóvenes «para que tengan mucho cuidado» y recalcó que «no hay necesidad de estar buscando problemas, necesitamos es paz».
«En este momento hagan caso, deben quedarse en la casa, no se pongan contra la ley porque vea lo que están haciendo», expresó Peralta y agregó que necesitan «que haya justicia» para esclarecer el caso de su hijo, «que no se sabe como va a quedar» por las heridas.