Soldados rusos realizan tareas de limpieza en la zona del Distrito Militar del Sur, en Rostov del Don, Rusia, el domingo 25 de junio de 2023. (Foto. AP)

Los ministros de la Unión Europea pidieron cautela el lunes luego que una fallida revuelta de mercenarios en Rusia generó dudas sobre el control del poder del presidente ruso Vladímir Putin y si los mercenarios podrían instalarse justo al otro lado de la frontera en Bielorrusia.

En conversaciones en Luxemburgo, algunos ministros de Relaciones Exteriores de la UE señalaron que el breve levantamiento encabezado por Yevgeny Prigozhin, el líder del Grupo Wagner, es como si Putin hubiera desatado a su propio monstruo como Frankenstein. Varios también señalaron que quedan muchas preguntas, incluyendo el paradero preciso de Prigozhin y si llevará tropas con él.

Muchos parecían estar de acuerdo en que una respuesta clave a la crisis sobre Rusia era ayudar a Ucrania a sacar cualquier ventaja posible de la situación.

“Estamos analizando esto cuidadosamente”, dijo a los periodistas la ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock. “También hay riesgos involucrados que aún no podemos evaluar en este momento. Para nosotros, los europeos, lo único que importa es apoyar a Ucrania”.

El jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, que presidió la reunión, dijo que el monstruo que Putin creó con Wagner está “actuando en contra de su creador”. Agregó que “el sistema político muestra fragilidades y el poder militar se resquebraja”.

“Ahora, más que nunca, es momento de apoyar a Ucrania”, sostuvo Borrell.

El ministro de Relaciones Exteriores de Austria, Alexander Schallenberg, dijo a los periodistas que Putin “no puede deshacerse de los fantasmas que invocó, y ahora lo perseguirán”. Citó la revuelta como prueba de que “hay grietas en la estructura de poder” en Rusia.

Dirigiéndose a los ministros por enlace de video, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, los instó a aprovechar los más recientes acontecimientos.

“Rusia se está debilitando día a día. Ahora es de vital importancia proporcionar a Ucrania todas las armas que necesita”, dijo, incluyendo la artillería y los misiles, pero también sanciones más duras.

A Prigozhin se le concedió el exilio en Bielorrusia, a sólo 35 kilómetros (22 millas) de la capital de Lituania, Vilnius. Se desconoce si enfrentará cargos. El presidente bielorruso Alexander Lukashenko, quien negoció el acuerdo, dio pocos detalles.

Mandatarios rusos, ya sean civiles o militares, no han comentado sobre la situación.

Cauteloso ante la inseguridad que esto podría significar para su país, el ministro de Relaciones Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis, dijo que aspira ver “planes muy específicos” de sus aliados para reforzar el flanco oriental de la OTAN, entre ellos Estonia, Letonia y Polonia.

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