«Muchas familias no tienen los dispositivos digitales necesarios ni las habilidades o el nivel cultural para acompañar a sus hijos en un aprendizaje autónomo; nos estamos jugando que muchos niños se descuelguen del sistema», explicó Álvaro Ferrer, investigador de la organización sin fines de lucro Save the Children, en una carta dirigida a la ministra de Educación de España. El contenido de dicha carta se ajusta al dedillo a la realidad de otros países, incluyendo Estados Unidos y Reino Unido.

En el último país, la Defensora del Menor, Anne Longfield, ha pedido que las escuelas abran en algún momento durante las seis semanas de vacaciones de verano, para ayudar a los niños a ponerse al día. «Tanto si se abren para todos los alumnos como si no, tienen una función muy importante, especialmente para los más vulnerables», señaló Longfield.

Porque han sido los más desfavorecidos quienes han sentido con mayor impacto el salto que de la noche a la mañana ocurrió en la educación y que impuso un modelo a distancia. Y a pesar del enorme esfuerzo que están haciendo muchas escuelas, se sabe que el sistema carecía de las herramientas y/o la metodología para adaptarse adecuadamente.

Como resultado, una parte del alumnado no está siguiendo el ritmo y corre el riesgo de desvincularse de la escuela, e incluso, de abandonarla. A fin de prevenir antes que lamentar, Save the Children propuso una serie de recomendaciones que consideramos de gran valor.

Lo primero que sugieren es «modificar la evaluación del alumnado para limitar la repetición de curso. De lo contrario se estaría enviando un mensaje de desamparo. Luego, aprovechar el verano y, si lo permite la situación sanitaria, abrir los centros escolares para ofrecer oportunidades educativas a todos los niños y niñas, especialmente a aquellos en situación desventajosa o con retraso educativo: estas pueden incluir contenido curricular, actividades deportivas y recreacionales, nutrición y ayuda para adaptarse a los momentos económicos que se espera podrían llegar a ser muy duros para muchas familias».

Asimismo, Save the Children aconseja que hay que adaptar el currículo del próximo curso: en lugar de la sobrecarga de contenidos actual, se debería priorizar aprendizajes nuevos que se ajusten a las necesidades recientes. Al tiempo de ampliar el soporte educativo en horario escolar y extraescolar.

The American Federation for Children, a su vez, coincide con la carta citada, al entender que «otra prioridad para este verano es proporcionar a los centros educativos y a los estudiantes la tecnología y la formación necesarias para tener educación a distancia, asegurándose de que el sistema esté preparado para enfrentar situaciones similares y para que se cierre la brecha digital. Estas soluciones tecnológicas democratizarían el aprendizaje, lo cual va a tener repercusiones en toda la sociedad», explicó Valeria Gurr, directora de la Coalición de Opciones Escolares de Nevada.

En resumen, en el mundo entero esta crisis tiene el poder de agrandar las brechas educativas. Por eso, extendemos una invitación a aprovecharla, para dar un paso adelante que no deje a ningún niño atrás.

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