Joel Embiid de los Philadelphia 76ers, en una fotografía de archivo. (Foto: EFE/Jim Lo Scalzo)

Redacción Deportes.– En un duelo estelar entre los dos mejores pívots de la NBA, Joel Embiid impartió este sábado una lección magistral con 47 puntos ante Nikola Jokic y encabezó la remontada de los Philadelphia 76ers ante los Denver Nuggets (126-119).

Embiid, segundo en las dos últimas votaciones del MVP que precisamente ganó Jokic, se reivindicó ante el serbio con un 18 de 31 en tiros (4 de 7 en triples), 18 rebotes (6 de ellos ofensivos) y 5 asistencias.

Además, el camerunés selló la victoria en el último minuto con un extraordinario triple con paso atrás en la cara de Jokic.

Denver llegó a ganar de 15 puntos con un fabuloso despliegue de juego coral en la primera parte, pero los Sixers resistieron y lograron darle la vuelta al marcador en la segunda mitad (68-46) para sumar su séptima victoria consecutiva.

James Harden (17 puntos y 13 asistencias) brilló en el «pick and pop» y el «pick and rol» con Embiid en tanto que Jamal Murray escoltó a Jokic en los Nuggets (22 puntos y 6 asistencias).

Este vibrante encuentro entre el primero del Oeste (Denver, 34-16) y el segundo del Este (Filadelfia, 32-16) no fue solo un cara a cara entre estrellas ya que cinco jugadores de los locales y seis de los visitantes superaron los 10 puntos.

EMBIID DE PRINCIPIO A FIN

Embiid no reservó munición en el arranque: metió sus primeros cuatro tiros y sumó dos triples seguidos al final de un primer cuarto en el que se lució con 14 puntos y 5 rebotes.

Pero a los Nuggets no les asustó el nivelazo del cinco rival.

Con una gran demostración de espíritu colectivo, Denver brilló con un 29-38 en el primer cuarto gracias a tres triples de Michael Porter Jr. y un Jokic tremendamente cómodo tanto en la distribución como en la anotación.

Doc Rivers, técnico de Filadelfia, aseguró a sus jugadores que la clave pasaba por apretar en defensa.

Aprovechando los minutos de descanso de Jokic, los Sixers se pusieron a 2 puntos con un tres más uno de Tyrese Maxey desde la esquina.

El partido se vivía con intensidad, tanta que Georges Niang y Shake Milton tuvieron que ser separados por sus propios compañeros de los Sixers tras una discusión por una jugada en la que no se entendieron.

Después de un bache en el comienzo del segundo periodo, los Nuggets volvieron a mostrar una excelente circulación de balón y mucha generosidad entre sus jugadores.

Murray, que dio un paso al frente con 11 puntos en el segundo cuarto, culminó además un precioso «alley-oop» servido por Aaron Gordon que fue un ejemplo entre muchos de unos Nuggets repletos de recursos en ataque.

Así, no importó demasiado que Embiid llevara un doble-doble al descanso (19 puntos y 11 rebotes) ya que los Nuggets, con un parcial de 8-19 y un fantástico 65,9 % en tiros de campo (incluyendo un enorme 10 de 17 en triples), cerraron la primera parte con una imponente sensación de superioridad (58-73).

Jokic (16 puntos con 6 de 7 en tiros) fue uno de los cuatro jugadores de los Nuggets que llegaron al intermedio por encima de los 10 puntos.

Filadelfia volvió del vestuario con ganas de cambiar el panorama.

Un parcial de 15-4, con Embiid y Harden tirando del carro, permitió a los locales borrar de un plumazo casi todo el margen obtenido por los Nuggets (73-77 con 8.59 en el reloj).

Sin embargo, Denver, con un aplomo admirable, no alteró su guion y recuperó su ventaja (84-99 a falta de 2.27).

Cuando parecía que se les escapaba el encuentro, los Sixers tiraron una vez más de capacidad de resistencia y con un enorme parcial de 12-0, impulsado con dos triples de Niang y 16 puntos en todo el cuarto de un imparable Embiid, llegaron muy vivos al último periodo (96-99).

La inercia favorecía entonces a los Sixers.

Tobias Harris empató el encuentro con un triple y Embiid, con cinco puntos consecutivos, desató la euforia entre la afición de Filadelfia (115-110 con 4.36 para el final).

Las dudas hicieron temblar entonces a Denver y los Sixers lo aprovecharon para dar la estocada final.

P.J. Tucker, con un palmeo y un robo fundamentales en el desenlace, abrió el camino para la victoria y Embiid, quién si no, puso la rúbrica con un triplazo ante un Jokic desarmado.

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