Con una suspensión que lo mantuvo fuera de las Grandes Ligas por toda la temporada y cerca de 10 meses sin jugar un partido oficial de béisbol, Robinson Canó ha despejado todas las dudas sobre su estado físico con su actuación estelar en el campeonato de béisbol invernal dominicano.
En las dos etapas que se han disputado en la pelota dominicana, Canó ha demostrado que su bate es de Grandes Ligas y que aún puede ser un jugador clave para el éxito de una franquicia de béisbol profesional.
En la serie regular, con las Estrellas Orientales, Canó tuvo un promedio de bateo de .300 (40-12) en 10 partidos, en los que puso de manifiesto su condición de bateo oportuno, remolcando siete carreras, en un tiempo de juego en el que se vio limitado por molestias en la espalda.
Ya en la semifinal, un Canó con más turnos al bate y con un conjunto verde necesitado de su producción, el intermedista dio un paso al frente y respondió de manera contundente a las necesidades de su equipo.
En la semifinal el nativo de San Pedro de Macorís, hogar de las Estrellas, bateó para promedio de .262 con un cuadrangular, mientras lideró esta etapa en dobles, con siete y en remolcadas, con 14, además quedó entre los mejores 10 en imparables (noveno con 17) y en anotadas (sexto con nueve).
En la instancia que antecede la final del campeonato local, mostró la contundencia de su madero, como lo muestran los ocho extrabases, que logró entre sus 17 inatrapables, además de esto 10 de las 14 carreras que remolcó, las produjo luego de dos outs y bateó para promedio de .368 (19-7), con corredores en posición anotadora.
Sumando ambas etapas del torneo dominicano, Canó logró un registro ofensivo de .276 (105-29) con un cuadrangular y ocho dobles, además remolcó 21 carreras, anotó 11 vueltas, tomó ocho bases por bolas y se ponchó en 13 oportunidades y 26 partidos.
Lo más importante de la actuación de Robinson, es que su desempeño de alto nivel fue el responsable de levantar a las Estrellas, en el momento más apremiante de la semifinal, cargándolos hasta lograr la clasificación.
Los orientales terminaron la semifinal en el primer lugar con marca de 10-6, ganando sus últimos siete encuentros de manera consecutiva, un tramo fue sin dudas la máquina ofensiva que llevó las carreras que necesitaban al plato.
En estos últimos siete partidos, Canó pegó de hit en seis de ellos, logrando promedio de .300 (30-9), con cinco dobles y 10 carreras remolcadas, números que despejan cualquier duda sobre cómo puede aún responder el veterano bateador de mano zurda.
Canó tiene el reto ahora de cargar a los verdes hasta la corona de la liga dominicana y tras ello ir con los Mets de New York y demostrar que puede hacer lo mismo para ellos, en el terreno de juego de las Grandes Ligas.