Pittsburgh, PA- Durante las últimas semanas hemos estado viendo en las noticias, el desarrollo de las protestas contra el racismo en el mundo, como respuesta al asesinato de George Floyd en manos de la policía en Minneapolis. Yo estoy totalmente de acuerdo y apoyo todo el movimiento de “Black Lives Matter”, nosotros como minoría no podríamos estar absortos de todo este tema.
He estado siguiendo este movimiento desde la óptica deportiva, incluso en otros deportes como el fútbol americano, específicamente en el 2016 cuando Colin Kaepernick el mariscal de campo de los 49ers de San Francisco se arrodilló durante el himno nacional en protesta al abuso policial contra afroamericanos. Sin embargo, mucha gente en el país criticó todo este episodio, ignorando el mensaje que él quería transmitir.
El fútbol no ha sido exento de este problema. El primer episodio racista documentado en la historia del fútbol mundial, ni siquiera sucedió en Europa, fue durante la Copa América celebrada en Argentina en 1916, durante el encuentro inaugural entre Uruguay y Chile que termino a favor de los charrúas 4-0. Los chilenos demandaron el juego ya que Uruguay había alineado a dos jugadores negros. Ya desde este momento comprobamos que esto no empezó bien.
Años después siguieron sucediendo ataques racistas contra jugadores. Hemos visto como el fútbol italiano y español han sido protagonistas de episodios racistas, desde cánticos de hinchas, sonidos imitando primates, hasta lanzamiento de bananos a jugadores afrodescendientes.
La liga con más incidentes racistas es la italiana, las barras nacionalistas han atacado a jugadores negros de talla mundial como por ejemplo Balotelli jugador italiano de origen Ganhes. “El Nene” ha sido objeto de agresiones verbales, incluso un sujeto lo ataco por jugar en la selección italiana.
Samuel Eto’o camerunés campeón de la “Champion League” con el Barcelona, uno de los más icónicos jugadores de la África negra en la historia, fue víctima no solo en España, en Italia sufrió el peor episodio jugando con el Inter. En su visita al Cagliari, los hinchas simularon aullidos de mono cuando Eto’o llevaba el balón en sus pies.
A Romelu Lukaku jugador belga que juega para el Inter de Milán no solo fue víctima de hinchas, sino también de un periodista deportivo. En septiembre del 2019, Luciano Passirani colaborador del show “Top Calcio”, hizo un comentario contra el delantero belga: “La única manera de detener a Lukaku es si tú le das 10 plátanos a comer”. Esto le costó su puesto en el show.
España. los fanáticos españoles también han sido protagonistas de actos racistas, atacando jugadores africanos y suramericanos. El más sonado tal vez fue el plátano lanzado a Dani Alves en “El Madrigal” cuando él jugaba para el Barcelona, aunque el defensor en vez de devolver el ataque se comió la fruta, y así no le puso cuidado al insulto.
Neymar también sufrió ataques racistas cuando jugaba en España, en el Derby catalán, los aficionados del Espanyol imitaron sonidos de primates cuando el ex jugador del Barcelona tenía el balón.
Así hay infinidad de episodios, todos han sido rechazados, por parte de la FIFA, UEFA, Conmebol, Concacaf. Estas organizaciones han sancionado jugadores por actos racistas o xenófobos. Desafortunadamente episodios racistas siguen pasando, la gran pregunta es, ¿Hasta cuándo?
Como aficionados, periodistas, jugadores, directivos y hasta técnicos, todos debemos involucrarnos en el tema, más ahora, que estamos viendo gestos espectaculares en el mundo. Los jugadores del Bayer Múnich jugaron con brazaletes de “Black Lives Matter”. Los equipos de la “Premier League” en Inglaterra jugaron todos con la frase puesta en la parte de atrás de sus camisetas en sus juegos de regreso después de la para por el Covid-19; incluso arrodillándose todos los equipos antes de empezar cada juego. La Liga española también participo en este movimiento contra el racismo cuando Marcelo después de anotar su gol con el Real Madrid se arrodillo en homenaje a George Floyd.
En el mundo estamos viendo solo gestos de respeto y de unión, espero que esto no se quede solo así y que cuando los aficionados regresen a los estadios en vez de hacer sonidos imitando primates o lanzando bananas, hagan un gesto o sonido de respeto para cada jugador que salta al campo a brindar lo mejor de él para enaltecer el espectáculo más hermoso del mundo “El Fútbol”.
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