Donovan Carrillo: El mexicano terminó en el puesto 22 en la Final de Patinaje Artístico en Beijing 2022.

Donovan Carrillo es uno de los 33 deportistas de nueve países latinoamericanos: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y Puerto Rico. Hay otros 10 atletas de cuatro naciones caribeñas: Islas Vírgenes, Haití, Jamaica y Trinidad y Tobago.

Le dijeron que debería jugar al fútbol, que el patinaje sobre hielo era para las niñas. Que los deportes invernales no tenían sentido alguno en Guadalajara y su clima cálido.

Pero ninguno de los obstáculos planteados disuadió a Carrillo, quien logró su mejor actuación el pasado martes, en uno de los deportes más emblemáticos de los Juegos invernales. En el Capital Indoor Stadium, ejecutó excelentemente un cuádruple giro en el aire, así como un complicado triple axel.

Ello le permitió avanzar a la competición con programa libre. Es la primera vez que avanza a la final un patinador originario de México, país que no participaba siquiera en este deporte en Juegos Olímpicos desde hace tres décadas.

“Para mí, tener la oportunidad de ser uno de los pocos deportistas latinoamericanos acá en los Juegos Olímpicos es algo que realmente me motiva a dar lo mejor y a inspirar a más niños en Latinoamérica y en mi país, para que traten de practicar los deportes invernales”, dijo Carrillo. “Yo acostumbraba a hablar de este sueño con la gente. Siempre se reían o me decían que era imposible para un mexicano calificar”.

Brasil es el país latinoamericano con más representantes en estos Juegos Olímpicos de Invierno, con 10. Pero ese número palidece con la delegación de 302 brasileños que compitió el año pasado en los Juegos Olímpicos de Verano en Tokio.

Otros dos tienen raíces mexicanas, pero entrenan en Estados Unidos y Canadá. La lista se completa con Sarah Schleper, quien se unió a la delegación de México tras casarse con un ciudadano de ese país y retirarse del equipo estadounidense de esquí alpino.

El programa corto realizado por Carrillo en el patinaje artístico superó las expectativas y estuvo cargado de símbolos del orgullo nacional. Eligió la música de su compatriota Carlos Santana, el músico favorito de su padre.

Las cubiertas de las cuchillas de Carrillo llevan los colores de su bandera, verde, blanco y rojo. Usó un traje negro y dorado, confeccionado especialmente por el diseñador mexicano Édgar Lozzano, quien lo ofreció en forma gratuita al patinador.

“Es algo que siempre trato de hacer con mis rutinas, involucrar a la cultura mexicana”, refirió Carrillo. “Carlos Santana es mexicano, siempre trato de tomar obras de diferentes artistas que me ayuden a motivarme para representar a mi país”.

Carrillo nació hace 22 años en Guadalajara, pero se mudó a León con su entrenador cuando tenía 13, porque la pista de hielo en esa primera ciudad cerró sus puertas. Soñaba con la gloria olímpica y tenía como ídolo al español Javier Fernández, quien obtuvo el bronce en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018 en Pyeongchang.

México no tiene una sola liga profesional o sistema colegial competitivo para algún deporte invernal.  Chile y Argentina, cuentan con centros turísticos de esquí, pero los deportes de nieve son tan prohibitivos en el costo que están reservados en términos efectivos para los turistas occidentales y los lugareños con raíces europeas que se encuentran ya familiarizados con estas disciplinas.

La escasa presencia latinoamericana en los Juegos invernales seguramente es un asunto del que ha tomado nota el Comité Olímpico Internacional.

En México, se requerirá al menos otra hazaña de Carrillo en la televisión para robarle algo de atención a la cobertura del fútbol. Al menos, los diarios nacionales incluyeron el martes numerosas fotografías del patinador, con una sonrisa de oreja a oreja.

El patinaje sobre hielo es raro en México. No hay una sola pista con dimensiones olímpicas en todo el país, y las pocas pistas existentes son atracciones en contados centros comerciales.

De hecho, fue en una de esas pequeñas superficies, en Plaza Mayor, un centro comercial del estado central de Guanajuato, donde Carrillo entrenó en la antesala de los Olímpicos. A fin de absorber los gastos que implica la práctica de este deporte oneroso, el joven imparte ahí lecciones de patinaje.

Carrillo dijo que existe también una barrera cultural. Algunos ven mal todavía que un hombre practique el patinaje.  El joven mexicano, ya tiene la mira puesta en Milán-Cortina 2026 y considera que Beijing es una buena experiencia para sus aspiraciones futuras.

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