“Si resulta difícil celebrarlo al completo, la decisión de aplazarlo sería inevitable”, dijo el lunes el primer ministro, Shinzo Abe.
Mientras los contagios se disparaban en Europa y Estados Unidos y la economía mundial seguía cayendo, Japón insinuó el lunes que la próxima víctima de la pandemia del coronavirus podrían ser los Juegos Olímpicos de Tokio de 2020.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, admitió que aplazar el evento más importante del deporte podría ser inevitable. Después que Canadá y Australia agravaron la enorme presión sobre los organizadores al plantear que quizá no enviarían deportistas a Tokio este verano.
“Si resulta difícil celebrarlo al completo, la decisión de aplazarlo sería inevitable”, dijo Abe.
El tremendo dolor de cabeza de repensar la logística de un evento planificado durante años, sin mencionar el enorme costo y el golpe que supondría para el orgullo nacional, sería sólo un nuevo ejemplo de cómo lo que antes era impensable ahora es una realidad, ante el empuje de un virus que está desmoronando la vida cotidiana.
La acumulación de eventos cancelados, trabajo perdido o modificado y una reducción generalizada del gasto y la interacción está lastrando a las economías. En Estados Unidos, los políticos negociaban un enorme paquete de rescate que podría equivaler a casi 2 billones de dólares.