Hace exactamente 30 años Diego Maradona salía lesionado del tobillo de las canchas de fútbol en el mundial de los Estados Unidos al igual que Messi se retiraba llorando en la final de la Copa América en el estadio Hard Rock de Miami.
Calor, domingo de fútbol, Argentina-Colombia, Colombia-Argentina en un partido que atrae la atención deportiva mundial por ver al jugador más grande de todos los tiempos, según esta nueva generación de jóvenes, en cambio, para los más viejitos (como el que escribe), Maradona nos evoca recuerdos inolvidables y la piel de gallina cada vez que sus videos se repiten en la red.
Él papá deportivo de Leo, dicho por el mismo, por el “mesias”, Leo Messi.
La final fue un desastre organizativo en este país de la planificación, la organización y la seguridad llena de recursos. Sin embargo, tal vez no tan extraño, pues una de las contradicciones de esta nación es la falta de apertura a otras culturas y formas de vida.
Fanáticos del fútbol sin entradas (y alcohol) tomaron desprevenidos al personal y la seguridad, con falta de anillos de control a la entrada del estadio, con una organización destinada a un partido de béisbol, hizo no solo que el partido se demorara más de una hora para el comienzo, sino que gente resultara herida. Pudo haber ocurrido una masacre, por una minoría que se comportó mal, demasiado mal, trepando los alambrados, entrando hasta por los conductos del aire, empujando a familias enteras y sin entradas. La comunidad latina quedamos muy avergonzados. Una pena.
A mis amigos colombianos: el playback de Shakira no la dejo brillar como artista, el enojo de Maluma incitando desde su palco no refleja lo buen padre y persona que es, los rezos del colibrí Borja y su fe en Dios, no es coherente con su mala conducta en la cancha. A pesar de todo, el tricolor brillo en esta Copa como hace mucho no se la veía y llegó en mejores condiciones futbolísticas y anímicas que la Argentina campeona. No por nada Colombia tiene la población más feliz de este planeta según la revista Times.
El llamado de atención es para la FIFA, y para su organización del próximo mundial en estas tierras en el verano del 2026, tan solo en dos años. Por cierto, el mismo año y la misma semana donde este país celebrará su 250 aniversario de su declaración de la Independencia en 1776 en esta misma ciudad de Filadelfia.
Si este bendito país decidiera abrirse, abrazar y entender otras culturas, muy probablemente no hubieran pedido la guerra de Vietnam, la de Afganistán y hubiera organizado una final de Copa América de fútbol en orden para que todos pudiéramos disfrutar de una fiesta y no disimular lo que pudo ser una gran tragedia.
El partido fue emocionante al final. Sin Messi ni James en la cancha, Lautaro Martínez, el Toro, de Argentina pone el 1 a 0 definitivo en el tiempo suplementario para que la albiceleste se consagrara Campeón de América después de obtener su título Mundial en Qatar recientemente en el 2022.
La generación dorada de Messi, el fideo DiMaria el arquero Dibu Martínez alcanzaron su punto máximo deportivamente, como aquel sueño de un niño que patea una pelota en los terrenos vacíos de su barrio. Disfrutemos de este Messi único, su actualidad y vigencia, pronto será lindo recuerdo para compartir con hijos y nietos. Yo vi jugar a Messi y a Maradona, ¿y tú?