La nueva cinta de superhéroes «Blue Beetle», del director puertorriqueño Ángel Manuel Soto, explora una faceta poco usual de los latinos en el cine, la del héroe: «Nuestro superpoder está en lo que somos», asevera en una entrevista con EFE.
Los planes de conseguir un trabajo digno de Jaime Reyes, un joven mexicoamericano recién egresado de la carrera de Derecho, cambian abruptamente cuando le piden resguardar una extraña reliquia en forma de escarabajo.
Reyes es elegido por el curioso objeto de biotecnología alienígena y, pese a todos sus intentos de rechazar la nueva vida que se le presenta, se convierte en un superhéroe, más específicamente en el primer superhéroe latino del universo de DC, cuya película se estrena el próximo 18 de agosto.
El joven interpretado por Xolo Maridueña («Cobra Kai», 2018), es el primer integrante de la familia de migrantes mexicanos que termina una carrera universitaria, pero también el único que sueña a lo grande, pues incluso su hermana pequeña, Milagro, ha perdido la fe en que «gente como ellos» -latinos en EE. UU.- tengan oportunidades de desarrollo y éxito debido a la hostilidad que los rodea.
«Era importante poder romper esos esquemas y poder vernos como héroes, ya que nunca hemos tenido la oportunidad de vernos así en la pantalla, siempre somos el villano de otros», afirma Soto.
COMEDIA, REALIDAD Y CRÍTICA SOCIAL
El director, que es más conocido por trabajos de corte social como «La Granja» (2015), o la cinta ganadora del festival de cine independiente de Sundance de 2020, «Charm City Kings», cuenta que quiso llevar a la realidad una historia que en principio podría sentirse muy lejana y ajena.
«¿Por qué todos (los superhéroes) tienen que vivir en una fantasía en la que uno no se puede relacionar con los conflictos del personaje? Hay cosas de nuestro cotidiano vivir que son más horrorosas que cualquier invasión alienígena», dice Soto.
Con la intención de acentuar problemáticas de la comunidad latina en la ficción, el cineasta insertó a la familia Reyes en un contexto amenazado por la gentrificación, el desplazamiento, la explotación y el intervencionismo militar.
«Hasta cierto punto (esos temas) nos unen como latinos y con otras comunidades marginadas en el mundo», ahonda el realizador.
Pese a lo denso de estas temáticas, Soto también logró imprimir comicidad a la historia a partir de la ingenuidad y espontaneidad de los personajes, las elocuentes groserías en español en momentos de tensión, e incluso al retratar el desbordante -y a veces exagerado- amor familiar.
Y aunque Jaime y su familia son mexicanos, la historia no se limita a hacer referencias culturales del país norteamericano, como la telenovela de «María, la del barrio» o el Chapulín Colorado, sino que también resalta el legado de otros países al presentar música de Soda Stereo (Argentina), Los Saicos (Perú) y Calle 13 (Puerto Rico).
«A través del arte, la música y la televisión, toda Latinoamérica se podía unir», expresa Soto.
El director también quiso plasmar mucho de él en Jaime, y entre las vivencias que comparte en la vida real con su personaje principal hay una escena en la que el padre de familia, interpretado por Damián Alcázar, le confiesa a su hijo que tuvo un infarto y que se lo habían ocultado para no preocuparlo.
«Eso es algo que a mí me pasó cuando estaba en la preproducción de la película, ahí sí nos fuimos bien literal con las cosas que le pasan a Jaime», confiesa.
En la cinta también aparecen las mexicanas Adriana Barraza, en el papel de la abuela rebelde, y Elpidia Carrillo, quien interpreta a la madre del superhéroe, así como el actor angelino George Lopez como su tío.
Finalmente, Soto espera que «Blue Beetle» tenga un impacto positivo en el público.
«Espero inspirar vidas para que puedan contar sus propias historias porque nuestro superpoder está en lo que somos», apunta.