Los Ángeles, EE.UU.- El actor Johnny Depp puso fin este lunes a sus cuatro días de testimonio oral en el juicio que le enfrenta a su exmujer, la también actriz Amber Heard, con una declaración en la que se presentó a sí mismo como una víctima de violencia doméstica.
Segundos antes de que el actor bajase del estrado, su abogada, Jessica Meyers, insistió en que repitiera las palabras «yo también soy una víctima de violencia doméstica», a lo que Depp respondió cabizbajo con un solemne «sí, lo soy».
Las diez personas que componen el jurado del juicio, que comenzó el pasado 11 de abril en Fairfax (Virginia, EE.UU), han escuchado durante cuatro días la versión del protagonista de «Pirates of the Caribbean» sobre la tortuosa relación de cinco años que mantuvo con Heard.
En el litigio, Depp acusa a su exesposa de difamación por un artículo que ella publicó en el diario The Washington Post en 2018, después de su divorcio, en el que aseguraba haber sufrido «abuso doméstico».
Durante el interrogatorio del lunes, el abogado de Heard, J. Benjamin Rottenborn, trató de refutar que ese escrito de Heard dañó la reputación de Depp.
Para ello, mostró recortes de noticias, en su mayoría de tabloides, que se publicaron antes del escrito de The Washington Post y que detallaban los problemas de adicción de Depp, retratado como un actor de capa caída, que llegaba tarde a los rodajes y mantenía una relación conflictiva con su pareja.
«Esto es un intento patético», respondió Depp al asegurar que detrás de algunos de esos artículos estaba el equipo de publicistas de Heard, supuestamente involucrado en una campaña de desprestigio tras la separación de la pareja.
Depp, que acudió al juzgado trajeado y con gafas de sol, fue jaleado en varias ocasiones por el público presente en la sala, en su mayoría seguidoras del actor llegadas de lugares tan remotos como Australia, según contaron a la prensa local.
También estuvo presente Heard, cuya declaración se espera en las próximas semanas.
Los abogados de ambas partes aprovecharon la vista oral para reproducir grabaciones en audio de las discusiones que mantenía la pareja, algo que hacían por recomendación de su terapeuta.
En una de las grabaciones se escucha a Depp gritar: «Si no me voy, esto va a ser un baño de sangre».
En otra conversación, el actor preguntaba a Heard si le iba a golpear «otra vez» y repetía que era una «puta» con «trastorno de personalidad».
A lo largo de los cuatro días de declaración, Depp también ha tenido que analizar los mensajes de texto que envió a su amigo Paul Bettany, en los que ambos bromeaban con matar a Heard y tener sexo con su cadáver, contenido que el actor calificó de «humor irreverente y abstracto».
Entre otras acusaciones, el actor aseguró que durante una pelea de 2015 Heard le golpeó con una botella de vodka, lo que provocó que perdiera un trozo de dedo que tuvo que ser reconstruido.
También indicó que la actriz apagó un cigarrillo en su cara e, incluso, fingió heridas con un pañuelo manchado de esmalte rojo para simular sangre.
El actor pide a su expareja 50 millones de dólares por daños y perjuicios.
Por su parte, Heard ha respondido con una contrademanda en la que alega que Depp ha impulsado una campaña de difamación en su contra y le reclama 100 millones.
Es la primera vez que los dos famosos se enfrentan entre sí ante la justicia: en el juicio celebrado en 2020 en Londres, y que Depp perdió, la actriz acudió en calidad de testigo, ya que la acusación era contra el diario británico The Sun por un artículo que calificaba al actor de «agresor de mujeres».