Las muertes por sobredosis con medicinas adulteradas en EE. UU. se han duplicado entre 2019 y 2021, y el uso de esas píldoras ilegales es más común entre los jóvenes y los hispanos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
El porcentaje de muertes por sobredosis con evidencias de píldoras adulteradas aumentó del 2 % entre julio y septiembre de 2019 al 4,7 % entre octubre a diciembre de 2021, dijo a EFE Julie O’Donnell, la autora principal de un informe publicado por los CDC este jueves.
«Los fallecimientos con evidencia de píldora adulterada fueron considerablemente más jóvenes, más a menudo hispanos, en particular con evidencia de oxicodona adulterada», precisó O’Donnell.
Los fentanilos fabricados ilegalmente fueron la única droga involucrada en el 42,4 % de las muertes con evidencia del uso de píldora adulterada y en el 19,5 % de las muertes sin esa evidencia.
El informe se sustenta en datos de los CDC que muestran que en el período de julio 2019 a diciembre de 2021 en las 30 jurisdicciones incluidas en el estudio ocurrieron 106.293 muertes por sobredosis.
En 2021 hubo un total de 54.768 muertes por sobredosis, y en 2.437 de ellas hubo evidencias de que las píldoras no fueron producidas por compañías farmacéuticas y lucen similares a medicamentos legítimos como oxicodona o alprazolam.
En 454 de las 5.347 muertes de latinos por sobredosis hubo evidencias del uso de píldoras fabricadas ilegalmente, lo cual equivale a un 18,7 %, explicó O’Donnell, de la División de Prevención de Sobredosis en el Centro Nacional para Prevención y Control de Lesiones, en Oak Ridge (Tennessee).
El incremento en las muertes por sobredosis con evidencias de compuestos adulterados no ha sido parejo en todo el país, y donde más ha crecido es en el oeste pasando de un 5 % en 2019 a casi un 15 % en 2021.
La Agencia Federal Antidrogas (DEA, en inglés) ha indicado que estas drogas se comercializan especialmente entre la gente joven, con el uso de redes sociales y «tertulias» por internet que muestran dónde se venden a personas jóvenes, indicó O’Donnell.
«Hay evidencias de que estos compuestos son más baratos (…). Es una combinación de mercadeo, disponibilidad y el abaratamiento de las drogas», añadió.
O’Donnell enfatizó la importancia de las campañas de educación pública en las cuales debe acentuarse la disposición de materiales traducidos al español.