Existe una estrecha relación entre los síndromes de boreout y burnout en la desmotivación y/o malestar que una persona experimenta en el trabajo y en la vida misma. Dado que ambas situaciones influyen en la salud y en una variedad de funciones cerebrales, como la agilidad mental y la creatividad, hay que diferenciarlas.
Síndrome de boreout: se caracteriza por el aburrimiento, debido a niveles de motivación muy bajos.
Síndrome de burnout: está asociado a un cerebro prácticamente sin energía, exhausto, debido al agotamiento.
Una de las consecuencias más nefastas de la ausencia de motivación es el síndrome de boreout, que puede conceptualizarse como “aburrimiento en el trabajo”. Nuri Bendersky lo define como “el síndrome que devora neuronas”.
Cuando se revisan las estadísticas de diferentes países, los porcentajes de aburrimiento suelen superar el 20% en el ámbito privado. No así en el sector público, donde la baja exigencia hace que sean ostensiblemente mayores.
Las consecuencias son dañinas para individuos y organizaciones, dado que un cerebro aburrido es más lento, menos atento, menos inteligente, más disperso, menos creativo. En definitiva, va contra su propia naturaleza.
A nivel cerebral, el aburrimiento disminuye la actividad de las neuronas, pues se acostumbran a hacer siempre lo mismo. Paradójicamente, las alarmas comienzan a sonar cuando la organización se estanca, bajan las ventas y/o los índices de productividad. Es decir, cuando ya es demasiado tarde. Por ello, este es uno de los temas que abordaremos en el Primer Congreso Iberoamericano contra el Burnout, a celebrarse en República Dominicana el próximo verano.
A nivel individual, muchas personas tienen la suerte de ser conscientes de la situación y toman el toro por las astas. Entre los mejores ejemplos de personas con las que hemos logrado estos objetivos, puedo citar tres:
Gabriela, abogada. Dejó el Derecho para fundar una empresa de comidas veganas. Comenzó sola y hoy tiene 25 empleados. La elección no fue casual, dado que siempre evitó el consumo de productos de origen animal.
Guillermo, Máster en Administración de empresas, que en sus horas libres se dedicaba a estudiar teatro. Hoy es uno de los mejores actores de doblaje de películas al español. Gana menos dinero, pero es mucho más feliz.
Ingo, fotógrafo profesional de alto nivel. Aburrido de trabajar en casamientos y eventos, fundó su propia empresa de turismo de aventura, en la que combina su pasión por la fotografía con la naturaleza. A diferencia de Guillermo, los ingresos de Ingo aumentaron notablemente.
El burnout, por su parte, se produce cuando la exigencia es tan alta que paraliza al trabajador. Coloquialmente se le denomina “Síndrome del trabajador quemado”. Los altos niveles de estrés que genera lo agotan en tres planos: físico, mental y emocional.
* El investigador y académico Néstor Braidot se ha especializado en la aplicación de las Neurociencias al desarrollo del talento, la inteligencia humana y el bienestar. Autor de más de 40 libros sobre el funcionamiento del cerebro. Ha trabajado para la cancillería de Argentina y el Banco Interamericano de Desarrollo, entre otros organismos. https://viahr.org/congreso/