En respuesta a la muerte de varias personas con problemas de salud mental bajo custodia policial, los legisladores en al menos ocho estados en Estados Unidos están introduciendo iniciativas de ley para cambiar la forma en que los oficiales responden a las personas en crisis.
Las propuestas se basan principalmente en dar capacitación adicional a los oficiales para interactuar mejor con personas con problemas de salud mental. Pero ninguna de las iniciativas parece abordar la pregunta fundamental: ¿Debería ser la policía la que responda cuando alguien sufre una enfermedad mental?
En California, los legisladores presentaron un proyecto de ley en febrero que entre otras cosas requerirá que los oficiales completen cursos universitarios sobre salud mental, servicios sociales y psicología, sin requerir un título.
En Nueva York, los legisladores propusieron en enero un plan para que las fuerzas del orden completen un mínimo de 32 horas de capacitación que incluiría técnicas de resolución de conflictos e interacción con personas que tienen problemas mentales.
La propuesta llegó casi un año después de que agentes de Rochester, Nueva York, pusieran una capucha sobre la cabeza de Daniel Prude y presionaron su cuerpo desnudo contra la calle hasta que dejó de respirar. La familia de la víctima dijo que llamaron al 911 para pedir ayuda después de que Prude, quien era negro, entró en crisis mental.
En Utah, la madre de Linden Cameron llamó al 911 en septiembre porque el niño de 13 años estaba teniendo una crisis y necesitaba la ayuda de un oficial. La policía terminó disparándole varias veces mientras huía porque creían que había amenazado con un arma.
Fue hospitalizado y no se encontró ningún arma. Los agentes no eran especialistas en intervención en crisis, pero tenían cierta formación en salud mental.
El mes pasado, el gobernador de Utah, Spencer Cox, promulgó una ley que creará un consejo para estandarizar la capacitación de los equipos policiales de intervención en crisis en todo el estado.
Al menos 34 estados ya exigen que los oficiales tengan alguna capacitación sobre cómo interactuar con personas que tienen problemas de salud física o mental. Pero los expertos dicen que se necesita capacitación actualizada y las agencias están muy rezagadas.