Washington, EE.UU.- Estados Unidos da por superada la ola de la variante ómicron del coronavirus, la de mayor número de contagios en toda la pandemia, y abre una nueva etapa sin mascarillas, pero sin bajar la guardia ante la posibilidad de que aparezcan nuevas variantes.
Así lo expresó este miércoles el equipo de la Casa Blanca dedicado al combate al coronavirus el día después de que el presidente, Joe Biden, declarara durante el discurso del estado de la Unión una nueva etapa de la pandemia.
«Como dijo el presidente anoche en el estado de la Unión, hemos entrado en un nuevo momento del combate contra la covid-19 gracias a los progresos que hemos hecho como país», dijo en una rueda de prensa Jeff Zients, jefe del equipo de respuesta de la pandemia.
Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), el país registró el pasado 28 de febrero unos 92.000 nuevos contagios, muy lejos de los 897.000 que hubo el 13 de enero, en pleno pico de la ola de ómicron.
Por ello, los CDC relajaron el viernes pasado la recomendación de uso de mascarillas en gran parte del país y muchos estados han levantado su uso obligatorio en interiores, incluida la capital, Washington DC, donde los cubrebocas fueron opcionales durante el discurso de Biden en el Capitolio.
«La mayoría de los estadounidenses ya pueden estar sin mascarillas», subrayó Zients.
Y así lo escenificaron en la rueda de prensa periódica de la Casa Blanca sobre la covid, donde participaron de forma presencial y sin tapabocas la directora de los CDC, Rochelle Walensky, y el epidemiólogo Anthony Fauci, tras meses interviniendo por vía telemática.
Incluso estuvo presente por primera vez el secretario de Salud, Xavier Becerra, criticado por su bajo perfil ante la pandemia.
SIN ALTERAR LA VIDA COTIDIANA
En ese sentido, la Casa Blanca publicó este miércoles una hoja de ruta para que «Estados Unidos pase de la crisis (sanitaria) a un momento en el que la covid-19 no altere la vida cotidiana».
La estrategia se basa en combatir la enfermedad mediante vacunas y píldoras antivirales, un nuevo sistema de vigilancia de posibles variantes, prevenir los cierres económicos y de escuelas y compartir más vacunas con el mundo.
«Con los parámetros que tenemos, creo que nos acercamos al punto al que algunos le llaman convivir con el virus y otros lo llaman endémico», expresó Fauci.
Según los datos de los CDC, el 65 % de la población ha completado su pauta de vacunación en un país donde las medidas para afrontar la pandemia se han politizado tanto que millones de personas no confían en ellas.
Solo el 44 % de los completamente vacunados se han aplicado la dosis de refuerzo, disponible a todos los mayores de 12 años.
Por ello las autoridades sanitarias reivindicaron una vez más la eficacia que han demostrado las vacunas para evitar muertes por covid durante la ola de ómicron y reiteraron su llamamiento a vacunarse.
Además, la Casa Blanca aseguró que ha donado 480 millones de dosis a 112 países y que espera redoblar este esfuerzo para combatir la pandemia en todo el mundo.
La principal preocupación ahora de las autoridades es la posible aparición de nuevas variantes del coronavirus más contagiosas que puedan volver a poner en jaque los hospitales del país, como pasó en enero pasado.
En esta línea, la directora de los CDC aseguró que se está «ampliando la capacidad de vigilancia genómica» en los 50 estados del país, de modo que se puedan detectar variantes que solo representen el 0,1 % de los contagios.
Estados Unidos es el país más golpeado del mundo por el coronavirus en cuanto a cifras absolutas, pues acumula casi 80 millones de contagios detectados y más de 950.000 muertes.