Norristown, PA – Uno de los casos más exitosos en el uso de las vacunas ha sido la erradicación de la viruela, enfermedad viral, infecciosa y contagiosa que causó tan sólo en Europa, la muerte a más de 60 millones de personas durante el siglo XVIII. En esa época, en una familia muy pobre de Inglaterra nació James Phipps, quien sería la primera persona en la historia en ser inmunizada.
James era hijo del jardinero de la casa de Edward Jenner, un médico inglés que buscaba una cura contra la viruela que causaba efectos devastadores en las personas (ceguera, caras desfiguradas por las cicatrices y la muerte). Jenner observó que las mujeres que ordeñaban vacas infectadas de viruela bovina (viruela de las vacas o cowpox) no enfermaban severamente de viruela, sólo presentaban los síntomas con pequeñas pústulas. Él había escuchado que los chinos infectaban intencionalmente a personas sanas con pus de las pústulas de personas enfermas para tratar esta peste; sin embargo, no era un procedimiento muy seguro ya que muchas personas morían al ser contagiadas. A diferencia de lo que hacían los chinos, Jenner decidió experimentar usando personas infectadas con viruela bovina, pero, necesitaba un voluntario. Por temor de que su hijo se contagiara de viruela y muriera, el jardinero ofreció a James de tan sólo 8 años para el experimento.
Jenner tomó entonces una muestra de pus de las pústulas del brazo de una ordeñadora infectada de viruela bovina. Hizo una incisión en el brazo de James, quien valientemente soportó el procedimiento, e inyectó la muestra. El niño estuvo bajo el cuidado del médico en su casa día y noche. A los siete días James presentó fiebre leve y molestias en las axilas. A los nueve días sintió escalofrío, dolor de cabeza y no tenía apetito, pero al siguiente día estaba mejor, y despertó con mucha hambre. Era tiempo de la fase más peligrosa del experimento, Jenner inyectó nuevamente al niño, pero ahora con pus de una pústula de una persona con viruela. ¡Sorpresivamente, James no enfermó!
El procedimiento había funcionado y la ciencia de la inmunización había nacido. Jenner, hoy conocido como el padre de la inmunología, quedó muy agradecido con el niño, y cuando él se casó y tuvo hijos, Jenner le dio un contrato de alquiler gratuito para él y su familia. Hoy en día las vacunas son empleadas para crear inmunidad y con ello prevenir enfermedades mortales.