Garnet Valley, PA – Estamos celebrando el Mes de la Herencia Hispana, es tiempo de reconocer a los que han hecho una diferencia. Estos son algunos de los hispanos que se han destacado a los niveles más altos en el área de la medicina.
El Dr. Carlos Finlay, de Cuba, fue uno de los primeros en darse cuenta de que los mosquitos eran los que transmitían la fiebre amarilla, a fines del siglo XIX. El Dr. Luis Miramontes, de México, completó la síntesis química de la noretindrona, el ingrediente activo de la píldora anticonceptiva, en el año 1951. Por otro lado, El Dr. Humberto Fernández, de Venezuela, inventó el escalpelo de diamante y trabajó en el desarrollo del microscopio de electrones. El Dr. René Favaloro, de Argentina, fue el primer cirujano en hacer una operación de “bypass” coronaria en 1967. La Dra. Antonia Novello, de Puerto Rico, fue nombrada Cirujano General de los Estados Unidos en el 1990, convirtiéndose en la primera mujer e hispana en ese puesto. Por su parte, el Dr. Manuel Elkin Patarroyo, de Colombia, desarrolló la primera vacuna sintética contra la malaria.
Los hispanos también tenemos representación en los premios Nobel. El Dr. Bernardo Alberto Houssay, de Argentina, ganó el premio Nobel de Química en el 1947, por su contribución al estudio de las hormonas pituitarias en la regulación del nivel de azúcar en la sangre; y en 1970, su compatriota, el Dr. Luis Federico Leloir, lo obtuvo por su estudio de cómo los carbohidratos se convierten en energía dentro del cuerpo. Ganadores del premio Nobel de Fisiología y Medicina incluyen al Dr. Severo Ochoa, de España, en el 1959, por el descubrimiento de la enzima que permite la síntesis del ácido ribonucleico; el Dr. Baruj Benacerraf, de Venezuela, en el 1980, por descubrir los genes que determinan si el recipiente de un trasplante aceptará o rechazará el órgano donado. El Dr. César Milstein, de Argentina, en 1984 desarrolló un nuevo método para producir anticuerpos monoclonales. El Dr. Jacinto Convit, de Venezuela, fue nominado para el premio en 1998 por desarrollar una vacuna contra la lepra.
Aunque el porcentaje de individuos de grupos minoritarios en los Estados Unidos continúa aumentando, menos del 10% de los médicos representan a estos grupos. A comienzos de la década pasada había 3,000 pacientes latinos por cada médico latino. Diferencias en el lenguaje y en la cultura afectan la habilidad del doctor para proveer los cuidados adecuados. Es necesario aumentar la diversidad de los médicos y de otros profesionales en la industria del cuidado de la salud. El Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), tiene interés en promover la diversidad en investigaciones biomédicas, de comportamiento, clínicas y de ciencias sociales.
Que el trabajo de estos grandes médicos e investigadores hispanos sirva de ejemplo e inspiración a nuestros jóvenes para seguir carreras en estas áreas.