Filadelfia, PA – El trabajo de parto es una de las experiencias más esperadas, pero en ocasiones genera mucho estrés, especialmente para la madre gestante y su familia.
Cuando hablamos acerca de la atención del parto humanizado, debemos entenderlo como una experiencia integral que se basa en la ejecución de diferentes acciones para y por la madre y su bebé, pues se espera brindar una experiencia no traumática, durante la labor de parto y el parto mismo.
Tales acciones forman parte de los derechos humanos fundamentales de las mujeres, que incluyen actividades dirigidas hacia un trato digno y respetuoso considerando el contexto sociocultural, emocional y la autonomía de la mujer sobre su cuerpo, con el fin de empoderar a la madre gestante durante la atención y evitar intervenciones médicas y farmacológicas innecesarias.
De acuerdo con un ensayo clínico publicado en la revista Cochrane Database of Systematic Reviews en 2017, reportaron que el apoyo continuo durante el trabajo de parto puede mejorar el bienestar de las mujeres y los bebés, incluido un aumento en las probabilidades de tener un parto vaginal espontáneo, reducir el tiempo del trabajo de parto, y disminuir los casos de parto por cesárea, parto vaginal instrumentado y uso de cualquier anestesia, además disminuyen las experiencias negativas o traumáticas del parto lo que puede generar sentimientos negativos para la madre y familiares.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) tener una experiencia de parto positiva, se entiende como “la experiencia que cumple o supera las creencias y expectativas personales y socioculturales previas de la mujer”, y en 2018 publicó un documento titulado “Recomendaciones de la OMS para los cuidados durante el parto, para una experiencia de parto positiva”, en el cual emite algunas recomendaciones de cuidados durante el parto como dar a luz a un bebé sano en un ambiente seguro desde el punto de vista clínico y psicológico, y contar con apoyo práctico y emocional continuo, es decir, estar acompañada en el momento del nacimiento y ser asistida por personal empatico y con competencias técnicas adecuadas”.
En este sentido, es primordial saber, como madre gestante y como familiar, la importancia de una atención centrada en la mujer que mejore la experiencia del trabajo de parto, y el parto para las mujeres y sus bebés, directrices que están especificadas en dicho documento:
• Se debe mantener la dignidad, confidencialidad y privacidad de la madre.
• La buena comunicación entre el personal de salud y las embarazadas son clave para una mejor experiencia de parto.
• La madre debe participar en la toma de decisiones del proceso, por ejemplo, en el manejo del dolor o la elección de técnicas para disminuir el trauma perineal.
Conocer estas directrices conlleva a que el personal médico y familiar este informado de las diferentes decisiones y acciones que se pueden tomar de ambas partes.
Lourdes Flores, una mujer mexicana del condado de Norristown compartió su experiencia de atención médica siendo inmigrante. Ella ha dado a luz a sus tres hijos en EE. UU, y mencionó que la diferencia en sus tres experiencias fue la de contar con personal médico hispano que hablaba español, lo que le permitió poder entender las instrucciones del profesional y expresar sus dudas antes y durante el parto. En su primer y último embarazo la acompañaron ginecólogas hispanas que aclararon sus dudas y la guiaron durante el inminente parto, desenlazando experiencias agradables; sin embargo, con su segundo parto no fue igual, pues cuenta que la labor de parto se dio durante la madrugada. “En los turnos de la noche no están igual de preparados en cuanto a la disponibilidad de un traductor o personal de salud que hable español”, mencionó Lourdes, lo que la llevó a que ella iniciara a pujar por instinto, puesto que al haber manifestado sus síntomas previamente al personal de salud éste no entendía por completo, y dieron por sentado que se tardaría mas horas en dar a luz. Creo que esto refleja el vacío en el sistema de un país en donde se estima que el 18,5 % de las personas son hispanas, de acuerdo con el último censo (census.gov), situación que aumenta a diario, por lo que se debe mejorar estas condiciones sanitarias para no desamparar a estas madres que se encuentran en un estado vulnerable pero imprescindible de dos vidas o más.