Garnet Valley, PA – En nuestra columna comenzamos a presentar el trabajo que están haciendo los científicos en el desarrollo de tratamientos para ayudar a controlar la pandemia de COVID-19. Como prometí la semana pasada, les presento los tratamientos utilizando anticuerpos.
Quiero enfatizar que la prevención continúa siendo nuestra prioridad, por lo tanto, no olviden el mantener la distancia social, el usar una mascarilla al salir de la casa y sobre todo el lavarse las manos frecuentemente. Si estas medidas fallan, el virus entra al cuerpo a través de las membranas de la boca, nariz u ojos. El virus tiene que entrar a las células del individuo para poder infectarlo. Los coronavirus tienen en su exterior una proteína llamada Proteína-S (“Spike protein”). Esta proteína interacciona con el receptor ACE-2 dentro de la célula del individuo, permitiéndole la entrada a la célula donde puede entonces replicarse. En palabras más simples, piense en las espigas en el exterior del virus (Foto o Figura 1) como si tuvieran velcro, mientras más velcro, más fácil es el pegarse a la célula y meterse dentro de ella.
Los anticuerpos neutralizantes reducen la efectividad de un virus al unirse a la superficie de este, evitando que entre a las células del cuerpo. El objetivo del tratamiento con anticuerpos es un ataque a la Proteína-S para evitar que el virus entre. Imagínese al anticuerpo pegándose al velcro, de forma que ahora el velcro no se puede pegar y entrar a las células y por lo tanto no puede replicarse. Recientemente se han desarrollado algunos medicamentos antivirales que son anticuerpos neutralizantes.
El método mas directo para tratamiento con anticuerpos es el obtener los anticuerpos del plasma en la sangre de pacientes convalecientes de COVID-19. Este método se utilizo durante los brotes de SARS y de Ebola. Sin embargo, este método es un poco impredecible, por lo tanto, los científicos buscan otras alternativas, estudiando otros anticuerpos que se peguen a la Proteína-S del virus. Muchos laboratorios están estudiando estas posibilidades, algunos tienen planes de comenzar estudios clínicos (en pacientes) en el verano.
En los últimos meses hemos aprendido mucho acerca del COVID-19 y del virus que la causa, SARS-CoV-2. Todavía queda mucho por aprender si queremos erradicar esta enfermedad. Una vez más, agradecemos al personal médico y a los investigadores que continúan en una carrera por encontrar los tratamientos necesarios para acabar con esta pandemia.