Delaware, PA – Julio es el mes Nacional de la Concientización sobre la Salud Mental de las Minorías, lo cual se comenzó a observar en el 2008 con el fin de mejorar el acceso a tratamientos y la educación pública acerca de las enfermedades mentales. Aunque personas de todas las razas pueden sufrir de estas enfermedades, algunos grupos reciben menos tratamiento. Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos, los grupos de minoría en los Estados Unidos usualmente tienen menos acceso a servicios de salud de calidad, utilizan los servicios de salud mental de la comunidad menos frecuentemente y suelen en su lugar visitar la sala de emergencia donde reciben cuidado de menor calidad. Esto afecta los resultados de salud. Para aprender más del tema, tuve la oportunidad de entrevistar a dos psiquiatras latinas que trabajan en la ciudad de Filadelfia.
La Dra. Natalia Ortiz es profesora en la Universidad de Temple, presidente de la Sociedad Ibero Latinoamericana de Profesionales de la Salud (SILAMP por sus siglas en inglés), y presidente de la Sociedad Médica del Condado de Filadelfia. La Dra. Jahaira Pastrana ha trabajado en el hospital Jeans de Temple Health y en una clínica de la comunidad en el Norte de Filadelfia y es la directora del Comité de Bienestar de Salud de SILAMP. En estos tiempos de COVID-19, ambas han observado un aumento en casos de ansiedad, depresión, síndrome postraumático (PTSD por sus siglas en inglés) y ataques de pánico. La Dra. Pastrana indica que ve más tristeza, aislamiento y soledad por el distanciamiento social. “Esto es bien difícil en nuestra cultura latina, pues nos gusta y necesitamos el contacto físico para demostrar amor a nuestros seres queridos”. La Dra. Ortiz menciona que algunos individuos sienten miedo de salir del hogar, experimentando síntomas similares a agorafobia, un tipo de ansiedad donde se percibe el ambiente como inseguro. Otros pueden comenzar a sentir síntomas físicos y pensar que se han contagiado con el COVID-19. La Dra. Pastrana añade que una de las preocupaciones luego de la pandemia es que los pacientes o familiares que recibieron cuidados intensivos y fueron entubados desarrollen PTSD.
El Centro de Control de Enfermedades Contagiosas (CDC) reporta que los negros y los latinos tienen una tasa más alta de casos de COVID-19. “No sabemos si esto es debido a razones biológicas o socioeconómicas” opina la Dra. Ortiz. “La pandemia ha traído a la luz las inequidades de salud, como por ejemplo el acceso limitado a cuidado para grupos minoritarios. Tenemos que enfocarnos en medicina preventiva, incluyendo educación intensiva para nuestras poblaciones acerca de condiciones de salud físicas y mentales” dice la Dra. Pastrana. Es por esto por lo que la organización SILAMP se ha dedicado a educar a la comunidad y ha creado un grupo de salud pública para desarrollar estrategias.
En términos de ayuda y servicios disponibles, la Dra. Pastrana afirma que “la Clínica de Salud Mental de la Comunidad en el Norte de Filadelfia, hizo la transición a tele-consultas al principio de la pandemia para continuar ofreciendo servicios a sus pacientes, ya que deben continuar su tratamiento. Las clínicas también están recibiendo nuevos pacientes. Algunas clínicas en el Norte de la ciudad ofrecen servicios bilingües. Si el paciente necesita un proveedor de salud mental de la comunidad, pueden comunicarse con el “Community Behavioral Health” o CBH al 1-888-545-2600. En caso de emergencias llame al 911. Si el paciente está poniendo su bienestar o el de otros en peligro se debe buscar ayuda inmediata en el Centros de Crisis más cercano.”
Nuestra salud mental es muy importante, al igual que la de nuestros seres queridos. Los últimos cuatro meses han traído muchos cambios en la manera que trabajamos y estudiamos. Otro cambio significativo ha sido el acostumbrarnos al distanciamiento físico. Como no sabemos cuánto tiempo va a durar esta situación, tenemos que hacer lo mejor para mantenernos saludables. Aunque sea difícil, la Dra. Pastrana recomienda mantener una actitud positiva. Algunas recomendaciones específicas son: “mantener las rutinas diarias, sobre todo para familias con niños, comer saludablemente, dormir las horas adecuadas, hacer ejercicios de respiración, hacer actividades al aire libre manteniendo la distancia física, comunicarnos con nuestros seres queridos y continuar los tratamientos médicos y de salud mental.” Concluye recordándonos que “nuestros pensamientos y las emociones subsecuentes son pasajeras, es mejor observarlos en lugar de pelear contra ellos”.