La periodista colombiana Ilia Calderón, presentadora del noticiero Univision, hizo un llamado a los hispanos a «reconocer» que el movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos les «abrió el camino» en EE. UU.
La afrolatina, nacida hace 48 años en Colombia, que presentó el 5 de agosto su libro «Es mi turno: ¨Un viaje en busca de mi voz y mis raíces¨, no se trata de una «deuda» a la raza negra sino un reconocimiento a su movimiento social que empieza con «educarse» sobre la historia del racismo… Sin los logros de la lucha de Martin Luther King, de Rosa Parks, sin los logros de esa lucha difícilmente los hispanos podríamos estar en este país asistiendo escuelas públicas, montando en un autobús de servicio público, tomando agua o jugando en un parque», asegura.
La periodista, originaria de Chocó, una región empobrecida de la costa pacífica colombiana, y radicada en Miami, aseguró que el racismo en EE. UU. y Latinoamérica es «estructural».
Ilia testimonia que ha vivido el racismo desde los 10 años, cuando en su país una compañera le dijo «negro ni mi caballo» y en aquí cuando a su hija de 4 años, otras niñas le recriminaron en la escuela el color de su rostro.
La indignación que le produjo la agresión a la menor la impulsó hace dos años a comenzar a escribir sus memorias, desenterrando experiencias de micro agresión, expresiones despectivas y discriminación en ambos países, lo que resultó un proceso «doloroso» pero necesario para «sanar». Confiesa que si hace unos años le hubieran preguntado si había enfrentado racismo, hubiera contestado que no, porque buscaba «minimizarlo» para que no se convirtieran en un obstáculo en su vida y carrera.
LAS VIDAS NEGRAS IMPORTAN
«Este libro lastimosamente es oportuno en cualquier tiempo (…) porque el racismo está presente en nuestra sociedad… ha hecho parte de la crianza», explica la autora al subrayar que coincidió con el movimiento de Black Lives Matters de este año tras la muerte de George Floyd.
La periodista dice que no le tomó por sorpresa el insulto racista a su hija, fruto del su matrimonio con el coreano-estadounidense Eugene Jang, pero sí que fuera a tan temprana edad.
Señala que le explicó sobre el racismo explorando sus sentimientos, pero que «no es una conversación de una sola sentada (…). Es una conversación de toda la vida».
Sobre actitudes cotidianas racistas, como el «black face», como se llama a disfrazarse de negro pintándose la cara, Calderón dijo que es inconcebible disfrutar de un hecho que ha causado dolor a una comunidad.
«No puedes disfrazarte para divertirte, cuando lo que representas ha sido motivo de dolor, de rechazo y discriminación para muchas personas (…), es como disfrazarse de una persona enferma».
Precisó que, si tener la piel oscura significa para una persona «sufrimiento, discriminación, discriminación institucional, falta de oportunidades», no puede ser para otra un motivo de diversión lucir así.
DISCRIMINACIÓN ESTRUCTURAL
La colombiana, que llegó a EE. UU. en 2001 para trabajar en Telemundo, aplaude que la ola de protestas contra el racismo tras la muerte de Floyd ha ayudado a generar la intención de varias ciudades de reformar las policías y de remover estatuas confederadas.
«Es positivo como ha crecido la empatía de otros grupos raciales (..), pero no creo que me va a tocar a mí ver un cambio significativo en la sociedad, quizás a mi hija, porque cuando hay racismo estructural no solo implica cambiarlo en las personas y la sociedad sino a nivel gubernamental», manifiesta.
Agregó además que las micro agresiones como hablar de «pelo bueno, pelo malo» son las que «genera los fenómenos más grandes» y que a la sociedad le «falta ponerse en los zapatos» del otro: «A la sociedad en general le hace falta educarse sobre la historia de la esclavitud en toda América porque de ahí parte todo, el hecho de que los blancos siempre hayan sido privilegiados y ni siquiera se hayan dado a la tarea de entender por qué las comunidades negras viven como viven», se lamenta.
Subrayó que en Colombia también hay «racismo institucional», pues «no en vano las comunidades negras son las más pobres» y padece de un desconocimiento de la historia.
«Creo que un 80 %» del país desconoce quien fue Benkos Biohó, el líder abolicionista del siglo XVII, dice.
Sobre la destrucción de estatuas en EE.UU., rechaza la violencia, pero cree que estas podrían estar en un lugar donde tenga la explicación correcta sobre la persona y sobre lo hizo: «traficar personas», porque eso fue «la venta y negociación de esclavos» o «maltratando a los nativos americanos» y no «vanagloriándose» en un lugar público.
Calderón ganó uno de sus dos premios Emmy por una entrevista en 2017 a un miembro en del Ku Klux Kan, en la que buscó respuestas del por qué el odio hacia los negros.
«Estamos viviendo en un país más racista de lo que todos nos imaginábamos antes», fue la conclusión que le dejó esa experiencia, en la que recibió amenazas e insultos, como que era un «engendro», una «persona inferior».