Yosmaira Ramos
Yosmaira Ramos.

“Cuando la vida es dulce, da las gracias y celebra. Y cuando la vida es amarga, da las gracias y crece”.

Esa es la filosofía de la dominicana Yosmaira Ramos, una firme creyente y luchadora nacida en el área de Moca en la provincia de Cibao, cerca de Santiago y, ahora dueña del restaurante latino más popular de Wilmington, en Delaware, donde muchos dominicanos han hecho su nuevo hogar.

Su historia es la de tantos otros inmigrantes. Ramos llegó, junto con tres de sus hermanos, con tan solo cinco años a Estados Unidos, siguiendo a sus padres que habían emigrado tiempo antes. La reunificación de la familia fue la culminación del proceso de estabilización de sus progenitores en el nuevo país. Tiempo después, nacería ya en EE. UU. su hermana más pequeña.

Los padres de la emprendedora inculcaron a sus hijos el amor por la familia, la ética de trabajo y el conocimiento acerca del manejo de un restaurante.

Ellos eran los dueños de El Deportivo Restaurant, un restaurante dominicano ubicado entre las calles 5 y Dupont en Wilmington, donde la adolescente Ramos ayudaba.

“Fue ahí donde un cliente me dijo que calificaba para ser candidata a Miss Hispanic Delaware”, una propuesta que pese a su timidez aceptó. Se sobrepuso a los problemas de transporte que tenía y se decidió a presentarse.

Como candidata en el concurso de belleza conoció a la entonces directora del concurso, una jovencísima María Cabrera, que “le agarró de la mano” convirtiéndose en su mentora.

Todo lo que aprendió en el certamen le hizo sentirse “más libre, más segura”.  Conoció a muchas personas, pero para ella lo más importante fue “conocer a María a la que hasta hoy puedo llamar para lo que quiera”.

Y es que Ramos se convertiría con el paso de los años en una destacada empresaria de la ciudad de Wilmington, pero su mentora no se quedó atrás, marcando un hito en la comunidad hispana de Delaware al convertirse en la primera latina, concejal del Ayuntamiento de Wilmington, puesto que continúa ostentando en la actualidad.

A su vez la joven, madre soltera a los dieciocho años, y a la que no le gustaba trabajar en el restaurante de sus padres, terminaría siendo la propietaria del destino culinario más vibrante y atractivo de Wilmington, DE. Un soplo de aire fresco y casa, no solo para todos los dominicanos del área, sino también para los latinos y residentes de la ciudad en general. 

“A mí no me gustaba trabajar en el restaurante, ¡quién me iba a decir que al final ese negocio sería mi vida!

Hasta llegar a ser la exitosa empresaria que es hoy, el camino estuvo lleno de obstáculos. realizó muchas y diversas actividades, no solo por la necesidad de ganarse la vida sino también por la motivación de sola sacar adelante a sus dos hijos Gianni (20) y Daniel (9). “Tuve a mi primer hijo a los dieciocho años y el segundo a los treinta”, compartió.

Desde trabajar en el hospital de Christiana hasta en una oficina de Bank of America, pasando por ser conductora de Uber y Lyft y algunas veces compaginando esas y más actividades a la vez.

“Quería ofrecerles a mis hijos la posibilidad de acceder a cursar estudios universitarios”.

Algo que ya ha conseguido con su hijo mayor, generación 2021 y que además de trabajar como profesional y continuar sus estudios, le ayuda en el restaurante, como su madre hizo con sus abuelos a su misma edad.

En 2020, en plena pandemia, su hermano identificó un local que podía ser una buena oportunidad para ubicar un restaurante que también fuese un foco y escaparate cultural y de diversión para los latinos del área. Se animó y sus dos primeros años al frente de su restaurante “Merengue House” los compaginó con su trabajo en el banco.

La fórmula de restaurante en la planta baja con evocaciones a República Dominicana, incluyendo decorados en estilo jíbaro, sombreros antiguos, etc. recrean la idea de que uno se encuentra en una de esas casas de zinc de la isla, a las que añade una techumbre de caña, como una forma de mantener vivo el amor por República Dominicana y nunca olvidar los orígenes, pero también de dar a conocer las tradiciones de su lugar de nacimiento. La planta superior incluye un espacio para escuchar música, bailar y demostrar toda esa desbordante y contagiosa alegría caribeña en la que todos tienen cabida.

Echando la vista atrás, le diría a aquella jovencita de dieciocho años, que recién se convertía en madre soltera que siempre tenga fe porque “uno a veces se sienta a hablar con Dios y Dios le escucha”.

“Dios me guio, con mucho esfuerzo y sin rendirme nunca”.  Para ella, la comunidad dominicana, y latina en general, tiene un excelente impacto en la ciudad, el estado, el área triestatal y el país.

“Creamos bodegas, restaurantes… somos gente que venimos con un propósito de ayudar a nuestras familias en República Dominicana, pero también de crecer, ser mejores personas… somos muy trabajadores, además de nuestras compañías, trabajamos para otros como empleados…”, asegura.

El sueño de la quisqueyana se hizo realidad, pero además su negocio se ha convertido en símbolo de excelencia, por ello lleva cuatro años siendo reconocido por el “Salón de la Fama de Negocios” (“Hall of the Fame of Delaware Best of Wilmington”), un premio concedido por la organización Wilmington Award Program.

El pasado mes de noviembre recibió un premio como uno de los restaurantes top en cuanto a buenos comentarios en la plataforma Yelp, siendo igualmente votado como el restaurante latino más popular de Wilmington.

Esta empresaria dominicana no conoce límites. Para ella “la vida es una tómbola, una nunca sabe” pero atribuye a Dios una buena parte de su éxito “cuanto más creas, más lejos vas a llegar con tu esfuerzo y tu determinación”.

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Virginia Esteban-Somalo
Originaria de España, en la pasada década ha acumulado éxitos en su nuevo hogar en el estado de Delaware. Sus columnas y artículos han sido publicados tanto en medios nacionales como internacionales (entre otros HOY en Delaware, el periódico hispano más grande y antiguo del Primer Estado, del cual es editora). Ha recibido importantes premios de periodismo de la Asociación Nacional de Publicaciones Hispanas (NAHP por sus siglas en inglés) y Asociación de la Prensa de Delaware (DPA por sus siglas en inglés), entre otros, como el “José Martí Gold Award” a la Columna Editorial Destacada por NAHP, y ha sido reconocida por su trayectoria con el premio “Hispanic Community Journalism Excellence Award” en los Delaware Hispanic Awards. Activa en organizaciones comunitarias, se siente especialmente orgullosa de haber impactado en el mundo de las artes en Delaware y alrededores, a través del Festival de la Herencia Hispana (Hispanic Heritage Festival) organizado por HOY en Delaware en Wilmington, DE desde 2017.

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