Miami.- Para el comediante latino Ángelo Colina hacer humor en español en Estados Unidos no lo limita ni es extraño, por el contrario, llega a la gente en este país «que no habla bien inglés y son muchos», según dice en entrevista con EFE.
El humor se parece a la música en lo que se refiere al idioma, agrega este inmigrantes de 28 años, nacido en Maracaibo (Venezuela) y residente de Brooklyn.
«No hay que entender todo para encontrar el humor. De hecho, hay palabras que compartimos que se llaman ‘fake friends’, que son las palabras que se parecen en inglés, en español, que se pueden usar para que el chiste le llegue a toda la audiencia», mencionó como una de las herramientas que usa en sus monólogos.
Tiene muchas otras, como el uso de su cuerpo, apelar a frases salpicadas de inglés, que usa a menudo en su show ‘Ángelo Molina en español’. «Mi comedia nace de observar cómo vivimos, y los latinos vivimos rodeados de inglés», explicó.
Colina comprueba en cada presentación que el idioma es solo una parte de su comedia y por eso sigue creciendo. «Al final de los shows hay gente que llega y me habla en inglés y me dice que la pasó excelente», señaló.
Opinó que «otra manera de subestimar al público» es pensar que si alguien no habla español perfectamente bien tampoco va a disfrutar de su comedia.
Está feliz de haber encontrado su manera de conectar la experiencia latina con el mundo anglo. Sin embargo, aseguró que de no ser así tampoco buscaría hacer comedia en inglés.
«Lo mío es el español» porque esta comunidad es la que «me ha dado la posibilidad de vivir de lo que amo», que además es «el caso de muy poca gente», añadió.
«Cuando yo hacía comedia en inglés, la gente que venía a mi show era latina y me di cuenta de que muchos quieren y necesitan escuchar y reírse en su idioma o en el idioma de su familia», manifestó.
Los hispanos entonces se convirtieron en su prioridad: «Los latinos somos muy fuertes y muy poderosos en este país. Somos una fuerza inevitable».
«Me siento más cómodo contando mis historias en español. Si bien yo hablo inglés, sé las limitaciones que tiene ese idioma en lo que refiere al ‘timing’ de nuestro humor. Además, me siento más cómodo hablándole a mi gente, en especial la gente que no habla inglés. Me gusta poder ser un una opción de entretenimiento para esa gente», dijo.
Colina viajó a Miami como parte de una gira de comediantes de habla hispana nacional por más de una docena de ciudades, que incluyen Boston, Chicago, San Francisco y Las Vegas.
Este año ha visitado además en dos ocasiones la Casa Blanca como invitado en representación de la comunidad latina, que supera los 62 millones de personas en Estados Unidos.
La casa de este comediante está en Nueva York, pero su corazón está en Utah, donde por «cosas del destino» viven sus padres y su hermano.
«Yo fui el primero que salió de Venezuela, en 2017. Las cosas estaban muy mal y tuve la suerte de irme con trabajo a Colombia», explicó.
Regresó a Venezuela, completó su carrera de periodismo y partió de nuevo, pero a Estados Unidos, donde se había instalado su familia.
«Con lo que ganaba en Colombia no se podía cubrir la vida allá» en Estados Unidos, contó.
Para ese entonces ya hablaba bien inglés, gracias a sus estudios, y se había adentrado en el mundo del humor escribiendo para otros. Una vez asentado en su nueva vida decidió dale la oportunidad al sueño de hacer comedia en vivo o ‘Stand Up’.
«Todavía no puedo creer todo lo que estamos logrando, porque no soy solo yo. Hay una comunidad grande que hace humor en español», subrayó.
Sus chistes más exitosos incluyen el talento de los barberos dominicanos para hacerle terapia a sus clientes y la incapacidad de los hombres latinos de expresar sus necesidades emocionales y las manifestaciones de homofobia, estas dos últimas que ve en su padre.
También hace observaciones sobre el comportamiento de latinos y de cómo se comportan en sus países frente a como lo hacen en Estados Unidos.
Colina admira a sus compatriotas Nacho Redondo y Led Varela, al cubano-estadounidense Marcello Hernández, a los colombianos Carlos Hernández y Pedro González y a la española-mexicana Elena Torres, entre muchos otros comediantes hispanos en Estados Unidos.
Con ellos comparte esa misión de hacer reír a su comunidad, en el idioma que mejor funciona.
El venezolano rechaza por otro lado la técnica de apelar a la burla hacia los demás para generar carcajadas, que varios de sus colegas utilizan. «Mi intención siempre es que la gente la pase bien. Si para eso tengo que hacer sentir mal alguien no funciona», finalizó.