(Photo: The Federal Reserve/Banco Central)

Anticipada por muchos, la semana pasada el banco central de Estados Unidos aumentó la tasa de interés de los fondos federales en otro cuarto de punto porcentual, a un rango de entre 5 y 5.25 por ciento. Este es el décimo incremento consecutivo, en trece meses, al punto más álgido alcanzado desde 2007.

La decisión sobre la tasa de interés fue anunciada dos días antes de la divulgación de las cifras de empleo en abril, las cuales confirmaron la persistencia de la fortaleza del mercado laboral y, por ende, justificaron el aumento de la tasa de interés.

En contraste, la creación de 253,000 nuevos empleos en abril, a pesar de las dificultades recientes entre algunos bancos regionales, las altas tasas de interés, la inflación elevada y el lento crecimiento, fue subestimada otra vez por muchos pronosticadores. La tasa de desempleo descendió a 3.4 por ciento, la más baja en más de medio siglo, mientras que los salarios aumentaron 4.4 por ciento desde el año pasado, todavía debajo de la tasa de inflación. La participación en la fuerza laboral de los trabajadores de entre 25 y 54 años fue de 83.3 por ciento, la más alta desde 2008, mientras que la tasa de participación entre las mujeres de la misma edad alcanzó un récord de 77.5 por ciento.

Una de las principales preguntas, planteadas por esta perplejidad causada por la fortaleza del mercado laboral, es si el banco central tendrá que apretar aún más para bajar la inflación a la meta de 2 por ciento. El próximo informe sobre empleo será divulgado antes de la siguiente reunión del banco central, calendarizada para el 13-14 de junio.

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