Washington.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, regresó este martes a su ciudad natal de Scranton, en el estado clave de Pensilvania, para reivindicar sus políticas a favor de la clase obrera y marcar un contraste con el exmandatario Donald Trump (2017-2021), a quien retrató como un multimillonario alejado de la realidad.
Biden eligió como escenario Scranton, una ciudad de clase trabajadora de 75.000 habitantes, para un acto de campaña en el que promocionó sus planes para aumentar los impuestos a los ricos y en el que retrató a Trump, su rival en las elecciones de noviembre próximo, como un peón de los intereses corporativos de Estados Unidos.
El presidente comenzó hablando sobre cómo su padre le enseñó que tener un empleo «es mucho más que un sueldo», es un testimonio de la «dignidad» de la persona y señal de «respeto».
«Trump aprendió lecciones muy diferentes. Él aprendió que la mejor manera de hacerse rico es con una herencia», subrayó Biden, quien contrastó la realidad obrera de Scranton con el aislamiento de la mansión de Mar-a-Lago (Florida) en la que Trump se reúne «con sus amigos multimillonarios».
«Cuando miro a la economía, no la veo a través de los ojos de Mar-a-Lago, la veo a través de los ojos de Scranton, y eso no es una hipérbole, es un hecho. La honestidad y la decencia importan, la fe importa, la familia lo es todo», subrayó Biden.
«Los valores de Scranton o los valores de Mar-a-Lago. Esas son las visiones contrarias que existen sobre nuestra economía», añadió Biden, quien fue interrumpido en varias ocasiones por los aplausos de la audiencia.
Más impuestos para los ricos
En un discurso encendido y repleto de referencias a lo que significa «ser de Scranton», Biden promocionó su plan para subir los impuestos en un 25 % para los multimillonarios y en un 21 % a las empresas valoradas en miles de millones de dólares.
«Ningún multimillonario debería pagar menos impuestos que un profesor o un trabajador de la limpieza», manifestó Biden.
La propuesta de Biden consiste en aumentar los impuestos a los ricos y a las grandes corporaciones para recaudar 4,9 billones de dólares en la próxima década con el fin de financiar programas sociales destinados a acabar con la pobreza infantil y reducir lo que pagan los estadounidenses por atención médica.
Con este discurso, la campaña busca reformular la forma en la que los votantes piensan sobre la economía: mientras Trump quiere que los estadounidenses se enfoquen en la inflación y los elevados tipos de interés, Biden quiere que el debate se produzca desde el prisma de la igualdad.
Para ello, la campaña de Biden está enfatizando la necesidad de cambiar el sistema impositivo para que los ricos paguen más impuestos y ha argumentado que las políticas del presidente están beneficiando a la clase trabajadora.
Pensilvania, estado clave
Pensilvania es clave tanto para los dos aspirantes. Trump ya dio un mitín en el este del estado el pasado sábado, mientras que Biden comenzó este martes una gira de tres días que lo llevará el miércoles a Pittsburgh para un discurso frente a un sindicato del sector siderúrgico y el jueves estará en Filadelfia.
Para ser reelegido, Biden necesita conquistar tanto Pensilvania como Míchigan y Wisconsin, estados del llamado «muro azul» donde tradicionalmente ha triunfado el Partido Demócrata gracias al sólido respaldo de la clase obrera.
En 2020, Biden ganó a Trump en Pensilvania por un estrecho margen de 80.000 votos y todo apunta a que esta vez las elecciones volverán a estar ajustadas.
Según la media de encuestas realizada por la plataforma RealClearPolitics, Biden obtendría un 46,3 % de los votos y Trump un 46,2 %.
La gira de Biden por Pensilvania coincide con el inicio de un juicio penal a Trump en Nueva York, el primero al que se enfrenta un presidente de EE.UU., por la falsificación de unos documentos durante la campaña de 2016 para encubrir una aventura amorosa con la actriz porno Stormy Daniels.